HOTEL CADOGAN (21)

El té en 'Downton Abbey'

Un libro, caliente del horno, recopila el recetario de la célebre serie británica y las normas de etiqueta para la ceremonia en taza de las cinco en punto

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Olga Merino

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Algunos de los fantasmas que pululan por los pasillos del Cadogan son tan veteranos que se acuerdan incluso de cuando los barcos de vela, como el ‘Cutty Sark’, participaban en la carrera del Tea Derby para llegar en cabeza al estuario del Támesis con el té nuevo, con las primeras hojas de la cosecha. A los clípers les llevaba más de cien días completar la travesía desde el puerto de Foochow, en China, doblando el cabo de Buena Esperanza, pues todavía no se había abierto el Canal de Suez. ¡Ah, qué tiempos aquellos! Las novelas de la regencia, las victorianas y eduardianas no serían lo mismo sin la ceremonia del té, ese remanso de tiempo que los personajes aprovechan para cotillear, hacer avanzar la acción o apuñalarse por la espalda. Las novelas de Jane Austen rezuman Earl Grey por el lomo, y el mismísimo Henry James dedica un homenaje al ritual de la languidez en taza en el arranque de ‘Retrato de una dama’ (1881): “De las cinco a las ocho de la tarde transcurre en ciertas ocasiones una pequeña eternidad, pero en una como la que nos ocupa dicho intervalo no puede ser otra cosa que una eternidad de placer”.

El té debe acompañarse como dios manda, de manera que, en estos días de extraña cuarentena, la señora Patmore, jefa de cocinas, manda todas las tardes de expedición por las tiendas al mozo y al botones del hotel para hacer acopio de harina y levadura, no quisieran los hados que nuestros huéspedes se quedasen sin su servicio de ‘scones’ con pasas y otras ‘delicatessen’ presentadas en una bandeja de tres pisos. Viene la historia a cuento porque acaba de salir al mercado —en inglés, eso sí— el libro ‘Downton Abbey Afternoon Tea Cookbook’; o sea, el recetario completo de la célebre serie (y peli), con los sándwiches del tamaño de un dedo, los dulces clásicos, como el pastel Battenberg, y las normas de etiqueta y vestimenta, así como bodegones fotográficos de los múltiples tés que degusta en la serie la aristocracia de arriba y la servidumbre del sótano. El libro incluye frases de los personajes, como la sarcástica Lady Violet, la condesa viuda, interpretada por la actriz Maggie Smith, algunas de cuyas sentencias merecerían esculpirse en piedra: “¿Qué es el fin de semana?”. O esta otra: “No seas tan derrotista, querida. Es tan clase media…”. Ojalá puedan abrir pronto las librerías.