NUEVO DISCO DE UN ARTISTA DE CULTO

Víctor Bocanegra: "El estándar americano es una fuente que no te la acabas"

El músico publica 'Poesies de Broadway', con adaptaciones al catalán de autores como Cole Porter y Gershwin, y defiende el género aunque sus letras puedan sonar "anticuadas o carrozas"

Víctor Bocanegra

Víctor Bocanegra / periodico

Jordi Bianciotto

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¿Son tiempos estos para buscar refugio en las grandes obras del arte, que nos hablan de las más altas cualidades del ser humano? Ahí cabe situar canciones sin edad como las que ha abordado Víctor Bocanegra en su nuevo álbum, ‘Poesies de Broadway’, como ‘The way you look tonight’, ‘Someone to watch over me’ o ‘In the wee small hours of the morning’, estándares del ‘American songbook’ siempre prestos a adoptar infinitas formas y enfoques. “Temas quizá anticuados, alejados de las tendencias modernas”, concede el cantante y pianista. “Pero siguen siendo un modelo y una fuente de inspiración que no te la acabas”.

Estas canciones se convierten aquí en ‘Anit se’t veu com mai’, ‘Algú que estigui per mi’ i ‘Abans no apunti el dia’, ya que Víctor Obiols (su nombre artístico procede del grupo ’underground’ que dirigió en los 80, Bocanegra, con el que colaboró el poeta Pepe Sales) atendió en primer término a sus ganas de adaptar el repertorio al catalán. Sus prestaciones como poeta y traductor le preceden.  “Mi reto fue hacer que esas piezas funcionaran en catalán, para que otros cantantes las hagan suyas si les apetece. Si las adaptara Laura Simó o Andrea Motis me daría por satisfecho”, explica Víctor Bocanegra. “Se trata de que fluyan y no tengan aspecto de traducción, sino de canción escrita en esa lengua”. Teniendo presente ese lema que luce como subtítulo del disco, ‘cantautore traditore’, ya que “el traductor siempre traiciona los originales”.

Del teatro al club

No está precisamente solo en la misión: le arropan en el álbum Horacio Fumero (contrabajo), David Xirgu (batería) y su mismo hijo, Iannis Obiols, talento de 22 años que le dispensa por una vez de sus ocupaciones al piano. Grabación de Albert Moraleda, un clásico de la ‘cançó’ (Serrat, Llach, Bonet, Montllor, Motta...) y tratamiento con carácter jazzístico, más propio del club nocturno de clima enrarecido que del teatro musical del que proceden muchas de estas canciones.

Bocanegra da vida a las letras con un swing informal, de distancia corta. “He intentado no emular ni a Sinatra ni a Bublé, sino cantar casi como si la cosa no fuera conmigo, casi recitando incluso”, indica. ¿El último Dylan como heterodoxo ejemplo, quizá? “Pues sí, él canta como canta, no pretende ser un ‘crooner’”. Y sus buenas críticas airadas se ganó, como bien sabrá. “Seguro que los talibanes del jazz me machacarán”.

Elogio del amor romántico

Aunque estas canciones con firmas como Cole Porter, los hermanos Gershwin, Jerome Kern o Harold Arlen no fueran concebidas dentro de los parámetros del jazz, ha sido este género el que más las ha hecho lucir, ya sea a través del arte vocal como de la improvisación instrumental. Así las descubrió él, de la mano de “grandes músicos como Thelonious Monk, que inventaron su propio lenguaje”. Pero su primer disparadero fue Broadway, lo cual puso límites a la audacia lírica: los textos debían atender a las necesidades del guion teatral. Y, ay, rendían honores al amor romántico, últimamente tan discutido. “Habrá gente que considerará estas canciones algo muy carroza, y es cierto que hay letras muy sencillas, ramplonas incluso”, observa Víctor Bocanegra.

Pero está dispuesto a todo para defenderlas. “Hasta a comprarme un esmoquin y cantarlas en el Casino de Barcelona..., si me aceptaran, cosa que dudo”, desliza. Tras estrenar el disco en el Festival de Jazz de Lleida y en la sala Nota 79, andaba atando nuevas presentaciones para los próximos meses antes de que todo se congelara. “Quizá será de cara a otoño. Veremos qué pasa”.

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