ICONO DEL CÓMIC

Muere Albert Uderzo, cocreador de Astérix, por una crisis cardiaca

El dibujante y guionista francés, de 92 años, creó al famoso e irreductible galo junto al guionista René Goscinny en 1959

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Anna Abella

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“Yo quería ser payaso (…). Para mí, Charlot, Buster Keaton, Laurel y Hardy eran payasos. Me apetecía, como ellos, hacer reír a la gente y ofrecía ‘one-man-shows’ improvisados en la calle, para los amigos”. No se hizo payaso pero sí nos hizo reír con sus dibujos y guiones de cómic, durante años junto al ingenio de René Goscinny y luego en solitario, gracias al pequeño e irreductible galo Astérix y su inseparable Obélix y su perrillo IdeafixNo ha sido el coronavirus sino una parada cardiaca la que se ha llevado a Albert Uderzo, fallecido este martes a los 92 años, mientras dormía en su casa de Neuilly, cerca de París, según ha anunciado la familia. Había estado muy cansado durante varias semanas, especificaba su yerno, Bernard de Choisy. 

«¡Astérix fue inventado en dos horas por Uderzo y yo, entre carcajadas!», recordaba René Goscinny en 1974, sobre un personaje que es hoy un icono del cómic y que ha cautivado a pequeños y mayores por sus múltiples niveles de lectura. Una serie (en España publicada por Salvat) que a día de hoy, y desde que en 1959 aparecía en el primer número de la revista ‘Pilote’, ha vendido más de 380 millones de ejemplares en 111 lenguas. 

Uderzo, hijo de Silvio e Iria, inmigrantes italianos llegados a Francia tras la primera guerra mundial para contribuir a la reconstrucción, nació en la localidad de Fismes en 1927, y lo hizo con seis dedos en cada mano y siendo daltónico. A pesar de la pobreza familiar y de soportar que en la escuela le llamen ‘macaroni’, pronto hizo amigos –le llamaban cariñosamente Bébert- y, en 1934 adquirió la nacionalidad francesa. Ya apuntaba maneras con el dibujo, aunque la vocación surgiría más tarde. 

Chico de los recados

De jovencito tocaba el acordeón, afición que le inculcó su padre, que tocaba la flauta y la guitarra. Pero durante la segunda guerra mundial, su hermano mayor, Bruno, consciente de su don para el dibujo y para evitar que el joven Albert deambulara por las calles de la Francia ocupada por los alemanes logró que lo contrataran como chico de los recados en la Société parisienne d’edition, que publicaba historias ilustradas. 

Para el adolescente Uderzo, para quien Disney “era un Dios, no un ser humano”, cruzarse allí con los “dibujantes de verdad” fue el punto de inflexión para empezar a conocer los trucos del oficio hasta que en 1941 le piden su primer dibujo humorístico para el fascículo ‘Boum’. Tenía 14 años. Llegaría luego su primer trabajo profesional, ‘Las aventuras de Clopinard’, las series ‘Arys Buck’, ‘Prince Rollin’ o ‘Belloy’.

Pero tras el servicio militar, en 1949, se había quedado sin empleo y hasta pensó en hacerse camionero. Pero quemó una última nave y buscó trabajo en ‘France Dimanche’ y ‘France Soir’, que le contrataron como ilustrador y reportero dibujante. Ya faltaba menos para que los caminos de Uderzo y Goscinny (fallecido prematuramente en 1977) se cruzaran y surgiera una química entre ambos de la que nacería Astérix.

Encuentro con Goscinny

Se conocieron en París en 1951. “Simpatizamos bastante rápido, pues compartíamos un mismo deseo de renovar la historieta humorística”, recordaba Uderzo, quien añadía que el éxito, “a menudo destructor, nunca pudo tocar esta armonía y esta complicidad protegidas por la estima recíproca que nos teníamos y la gran amistad que nos unía”.  

Pero antes de imaginar las historias de la irreductible aldea gala que gracias a una increíble poción magica vuelve locos a los romanos, en 1952 el tándem Goscinny-Uderzo ya unieron talentos creando ‘Oumpah-Pah’, ‘Jehan Pistolet corsaire prodigieux’ y ‘Luc Junior’. Como reivindica el biógrafo de Uderzo Alain Duchême en <strong>‘Astérix de la A a la Z’</strong> (Lunwerg), el dibujante “autodidacta empedernido, supo forjarse un estilo muy particular, que destacaba tanto en el dibujo humorístico como en el realista, conjugando de maravilla los códigos de estos dos géneros, infundiendo sabiamente a sus viñetas una dinámica de movimiento y puliendo cada viñeta, como un gran maestro”. 

Como si Obélix hubiera perdido a Astérix, la muerte en 1977 de Goscinny devastó a Uderzo. Cuando se sobrepuso decidió continuar con Astérix asumiendo también el trabajo del guionista, aunque sus guiones no lograron alcanzar la brillantez de los del amigo desaparecido. 

Relevo bendecido en el 2013

Uderzo entregó el testigo al guionista Jean Yves Ferri y al dibujante Didier Conrad en el 2013, quienes con su bendición han continuado con éxito la serie con cuatro álbumes, ‘Astérix y los pictos’ (2013), 'El papiro del César’ (2015),  'Astérix en Italia' (2017) y ‘La hija de Vercingétorix’ (2019). 

Antesde ello un <strong>episodio familiar, que acabaría en reconciliación</strong>, había ensombrecido sus últimos años. Desde el 2007 Uderzo mantuvo con su hija Sylvie una batalla judicial por la gestión del patrimonio de Astérix, que acabó zanjándose en el 2014 con un comunicado en el que ambos anunciaban que pasaban página a los reproches que se habían lanzado. El desencadenante fue que Uderzo había despedido a su hija y al marido de esta de la editorial Albert René porque estaban en contra de vender la empresa al grupo Hachette. Ella denunció que su padre no tenía plena capacidad para tomar decisiones, algo que la justicia tumbó archivando la denuncia y fallando que Uderzo estaba perfectamente “lúcido”. 

Hoy, desde la viñeta final de un último álbum de Astérix, seguro que se ha reunido ya con su amigo Goscinny, sentados ambos ante el tradicional banquete de la aldea gala degustando jabalís junto a Astérix, Obélix y compañía.