OBITUARIO

Muere Max von Sydow, el hombre que jugó al ajedrez con la Muerte

Fallece a los 90 años el espléndido actor, habitual de Ingmar Bergman y de muchas producciones internacionales.

Max von Sydow, en el festival de San Sebastián del 2006

Max von Sydow, en el festival de San Sebastián del 2006 / periodico

Quim Casas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El cine, como el arte en general, está lleno de lugares comunes. Uno de ellos es la imagen de un caballero medieval jugando una partida de ajedrez decisiva con la Muerte en una de las películas más icónicas de Ingmar Bergman'El séptimo sello' (1957). Aquel caballero rubio y delgado que lidiaba un jaque mate con la Muerte en un país nórdico asolado por la peste fue interpretado por Max von Sydow, el actor más importante de aquella cinematografía sueca que tuvo en Bergman a su máximo estandarte.

Von Sydow falleció el pasado domingo a los 90 años en Francia, país en el que residía desde hacía tiempo. La importancia de su carrera tan ligada a Bergman, cuando este empezó a ser uno de los autores europeos más aclamados desde el propio Hollywood –ganó tres Oscar a la mejor película extranjera, por 'El manantial de la doncella', 'Como en un espejo' y 'Fanny y Alexander', las dos primeras con Von Sydow–, hizo que se convirtiera también, a partir de los años 70 y 80, en un rostro habitual en el cine estadounidense y el de producción internacional.

Su sola presencia en el reparto venía a dignificara veces títulos como 'El exorcista' (1973) –donde su cometido religioso como exorcista veterano resultaba tan distinto al de sus interpretaciones con dudas católicas y metafísicas en el cine bergmaniano–, 'Excelentísimos cadáveres' (1975), 'Los tres días del cóndor' (1975), 'El desierto de los tártaros' (1976), 'La muerte el directo' (1980), 'Evasión o victoria' (1981) –en el papel del comandante nazi y futbolero–, 'Jugando con la muerte' (1982) –también se avino a trabajar en una de las producciones B de José Antonio de la Loma–, 'Conan, el bárbaro' (1982), 'Nunca digas nunca jamás' (1983) –no hay actor europeo digno que no tenga un James Bond en su currículo–, 'Dune' (1984), 'Hannah y sus hermanas' (1986) o 'Hasta el fin del mundo' (1990). Incluso apareció en producciones tan delirantes y 'kitsch' como 'Flash Gordon' (1980), en la que a Von Sydow le tocó ser el malvado emperador Ming.

No cejó en su empeño de convertirse en una presencia recurrente en el cine más internacional, algo que hizo en las tres últimas décadas, ya más pendiente de su cuenta corriente que de personajes de verdadera entidad, aunque también los tuvo y los resolvió con creces. De ahí su labor en títulos como la serie 'Las aventuras del joven Indiana Jones' (1992); adaptaciones de Stephen King tipo 'La tienda' (1993); un logro mayor de Steven Spielberg, 'Minority report' (2002); producciones 'mainstream' de fantasía como 'Solomon Kane' (2009), y sus cometidos en la teleserie 'Juego de tronos', en el papel del humano apodado Cuervo de Tres Ojos, y 'Star wars: el despertar de la fuerza' (2015), encarnando al exiliado Lor San Tekka. Lo que resulta indudable es que, más allá del interés de estas propuestas, la aparición de Von Sydow, aunque fuera solo en dos o tres secuencias, otorgaba intensidad y respeto.

Pero todo esto no se habría hecho realidad sin el protagonismo que alcanzó Von Sydow junto a Bergman. Imposible olvidar su hieratismo y mudez en 'El rostro' (1958). Su partida de ajedrez estoica en 'El séptimo sello'. Su angustia como caballero cuya hija es violada en un bosque de 'El manantial de la doncella' (1959). Sus papeles más breves pero substanciales en 'Como en un espejo' (1961) y 'Los comulgantes' (1962). Y su presencia siempre exigida en los límites de la interpretación realista en obras radicales como 'La vergüenza' (1968), 'Pasión' (1969), 'La carcoma' (1971) y, sobre todo, 'La hora del lobo' (1968), en la que su secuencia con un niño que se le tira al cuello mientras está pescando, rodada sin sonido y con la fotografía quemada, es de las más aterradoras del cine de Bergman.

En aquellos años en los que Von Sydow le servía a Bergman para pulsar el silencio de Dios, Hollywood, como siempre, estuvo muy al tanto y no dudó en escoger al actor para que interpretara a Jesucristo en' La historia más grande jamás contada' (1965), superproducción bíblica en la que Von Sydow ofreció el contrapunto naturalista. Fue su primera película en inglés. Después siguió fiel a Bergman –¿cómo no serlo?– y a otros directores suecos: Jan Troell, con quien trabajó en el díptico 'Los emigrantes/La nueva tierra' (1971-1972), formando pareja con la actriz bergmaniana por excelencia, Liv Ullman, y en títulos posteriores como 'Hansum' (1996), en el que dio vida al controvertido escritor noruego Knut Hamsum; y con otro heredero de Bergman, Billie August, para quien interpretó 'Pelle, el conquistador' (1987).

Varios colaboradores de Bergman probaron suerte en la dirección: Liv Ullman, Ingrid Thulin, Erland Josephson, Sven Nykvist y Gunnel Lindblom. Von Sydow también lo hizo en 1988 con 'Katinka', un drama romántico y luminoso. El Oscar le fue esquivo –fue nominado en dos ocasiones–, pero en Francia le reconocieron como Caballero de la Legión de Honor en el 2012 y con un premio especial en Cannes en el 2004. Los festivales españoles de San Sebastián y Sitges se sumaron al reconocimiento general otorgándole sendos premios especiales en el 2006 y el 2016, respectivamente. El galardón honorífico en Sitges para quien puso en jaque a la Muerte fue uno de sus últimos triunfos.