CRÍTICA DE CINE

'La candidata perfecta': brochazos en la herida saudí

La película de Haifaa Al Mansour avanza tan liviana, afable y optimista (y su mensaje en pro del empoderamiento femenino es tan bienvenido) que resulta fácil pasar por alto su simplismo

Estrenos de la semana. Tráiler de 'La candidata perfecta'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'La candidata perfecta'. / periodico

Nando Salvà

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Tras convertirse gracias a 'La bicicleta verde' (2013) en la primera mujer en dirigir un largometraje en Arabia Saudí y rodar después dos películas olvidables en el extranjero, Haifaa Al Mansour regresa a su país para romper una lanza por su población femenina. El objetivo es poner en evidencia que la sociedad saudí está lastrada por la misoginia cotidiana, pero también que es heterogénea y que no deja de cambiar; en otras palabras, señalar que allí las restricciones a las mujeres se van suavizando y, al mismo tempo, argumentar que no lo hacen lo suficiente.

Para ello, mientras acompaña a una joven doctora empujada por el deseo de ayudar a los enfermos de su comunidad a presentarse a las elecciones locales, Al Mansour retrata un mundo en el que las leyes evolucionan más rápido que las mentalidades, y en el los prejuicios y la estupidez de la gente les impiden aceptar la justicia y el progreso y tomar las decisiones necesarias para mejorar sus vidas.

Como le sucedió a 'La bicicleta verde' en su día, 'La candidata perfecta' peca de simplista: la peripecia narrativa transcurre de forma esquemática, sus momentos de pretendida intensidad dramática resultan toscos, su vocación panfletaria es demasiado obvia y su propuesta visual muy ramplona. Pero al mismo tiempo la película avanza tan liviana, afable y optimista -y su mensaje en pro del empoderamiento femenino es tan bienvenido- que resulta fácil pasar por alto esos defectos.