EL DISCO DE LA SEMANA

Destroyer, 'crooner' entre el caos en 'Have we met'

Destroyer

Destroyer / periodico

Jordi Bianciotto, Ignasi Fortuny, Juan Manuel Freire, Roger Roca

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En algún lugar en medio de ninguna parte siguen situándose la música mutante y el esquivo mundo lírico de Dan Béjar, el canadiense de padre español, fan de Sr. Chinarro, que opera bajo el nombre de Destroyer y al que reconocemos también como integrante en suspenso de The New Pornographers. Le vemos ahora convertido en una especie de 'crooner' para después del diluvio en esta obra de título más o menos protocolario, 'Have we met', un '¿nos conocemos?' sin interrogante, a juego con canciones en las que no sabemos muy bien si va o viene.

Otra obra llena de medias palabras y de disertaciones secas que, en esta ocasión, sirve envuelta en vestimentas originales: vestigios de un synth-pop musculado con capas de guitarras eléctricas punzantes como base de los recitados tranquilos de Béjar, que entona con monótona pero pulcra cercanía. En ese plano sónico, 'Have we met' retoma ingredientes del aplaudido 'Kaputt' (2011) y de su secuela, 'Ken' (2017), y toma cierta distancia con la noción más cercana al rock de banda del disco situado entre ambos, 'Poison season' (2015). Quizá sea el Destroyer menos canónico, más difícil de encuadrar en una casilla genérica, y eso es lo que lo hace más especial.

Entre capas sintéticas

Quedan algo lejos los monólogos de 'indie'-cantautor de los viejos tiempos, aunque más aún la épica de los saxos a lo E Street Band de aquel tema no tan remoto llamado 'Dream lover'. Destroyer se abre aquí camino en un territorio distinto, dotado de un sugerente aire desangelado desde la pulsación 'funky' del tema que abre el álbum, 'Crimson tide'. Béjar en forma de orador resabiado, de vuelta de todo, sostenido por andamios sintéticos con cierta ironía entre líneas, un poco como el Leonard Cohen de 'I’m you man' (y de 'Ten new songs').

'Have we met' transmite una oscuridad pos-punk, pero no es un álbum pesado ni pretencioso, sus fuentes de sonido son limpias y dejan espacio entre ellas, logro también del recuperado cómplice pre-'Ken', el productor John Collins. Es un álbum que respira y que combina cierta desolación crepuscular con ambientaciones de una intimidad nocturna digna de Prefab Sprout. Ahí está 'The raven', con su texto jeroglífico y un destello hilarante: "Mira al mundo que tienes alrededor / Mejor no, no mires".

Críptico como él solo, Béjar sitúa el corazón del disco, la canción que le da título, en una pieza instrumental que cabría calificar de new age si la etiqueta no acarreara connotaciones despectivas. Clínico pero humano, con su modo de cantar, y de recitar, reserva giros llamativos: la repetida última estrofa de 'University hill', o el despreocupado triunfalismo final de 'foolssong', antes de que la canción se funda en un cacofónico zumbido de abejas. Metáfora, quizá, de la confusión global que Destroyer logra transformar en bellas canciones. –Jordi Bianciotto

OTROS DISCOS DE LA SEMANA

Esto es un álbum sobre el ascenso, etapa a etapa, de su poderosa figura –la 'mixtape' empieza con el tema 'Fulana' y acaba con 'Boss'–, llegando a alcanzar la inmortalidad en el trap. Pocos quedan que lo defiendan como ella. En este, su segundo trabajo tras 'Ama de casa', confirma su intención de seguir transgrediendo con su obra. Y así, siempre a su manera, La Zowi reparte pócimas de su poder rodeada de afinada electrónica oscura a partir de destacadas colaboraciones con productores. - Ignasi Fortuny

Una vez salido, por segunda vez, de la cárcel, el rapero británico Momodou Jallow vuelve a exhibir 'flow' poderoso y amplitud de miras en un álbum tan convincente como 'Common sense'. Parece decidido a tomar las riendas de su vida, cambiar de actitud: véanse las dosis de autocrítica en los textos (sobre todo en 'Deeper than rap') o el empuje optimista de un sonido que puede abrazar el dancehall más contagioso ('Repeat', gran colaboración con Koffee) o incluso las trompetas mariachi. – Juan Manuel Freire

En la música de Dave Douglas, trompetista de referencia en los márgenes del jazz, el por qué siempre importa. Y 'Engage' ('comprometerse') se alimenta del activismo y la conciencia política de su autor. Al frente de un sexteto delicado y ágil, que tiene un aire más a ensemble contemporáneo que a banda de jazz, Douglas desgrana piezas melódicas, de formas aparentemente simples y cargadas de esperanza -que no de alegría- para plantar cara al miedo, al totalitarismo o al racismo. Un canto a la vida. –Roger Roca

Tras su gran 'The party' del 2016, el ascendente cantautor pop Shauf sorprende con otro álbum de concepto, también desarrollado a lo largo de una noche. Amor y desamor, recuerdos y un reencuentro entre antiguos amantes, todo ello contado con melodías ideales, arreglos ricos pero sutiles e infinita capacidad para emocionar. Es difícil quedarse con una canción, pero igual ese hito claro es 'Fire truck', por ese estribillo mágico en forma de tarareo y guitarra en bucle. – Juan Manuel Freire

El supergrupo creado en Mali en el 2015, bautizado en honor a la antigua milicia de las Amazonas de Dahomey, se reorganiza poniendo un musculoso funk electrónico en la base de canciones peleonas, con raíz yoruba y fondo feminista, abiertas a diálogos y armonías a múltiples voces (Mamani Keita y Rokia Koné en primer plano) y al influjo del rap, el género argelino 'chaabi' o las guitarras psicodélicas. Canciones arrolladoras, que llevan los cánones africanos tradicionales a nuevas fronteras.  J. B.