ESTRENO DE CINE

Crítica de 'Fortuna': acercamiento espiritual a la inmigración

El suizo Germinal Roaux aborda el drama de los migrantes desde un prisma más poético que sociopolítico

Estrenos de la semana. Fortuna

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Beatriz Martínez

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El cineasta suizo Germinal Roaux se acerca al drama de la inmigración de una manera diferente. Por un lado, desde el punto de vista estético se esfuerza por ofrecer muchas dosis de estilización formal; por otro lado, abandona la perspectiva más política y social inherente a este problema para adentrarse en un terreno mucho más espiritual.

Lo hace a través de los ojos de una niña etíope que lo ha perdido todo y que se encuentra sola en un lugar de acogida de los Alpes mientras esconde que está embarazada. Su única interlocutora es la Virgen, mientras que los adultos a su alrededor deciden su destino sin contar con ella.

La religión se utiliza como asidero, pero también como generadora de culpa y frustración. La película bascula entre el peso y el dolor cotidiano de la pequeña, explotando su inocencia, y una serie de ensoñaciones poéticas que dotan al relato de una atmósfera entre mítica y espectral, reforzada por un tratamiento visual en blanco y negro de una poderosa fuerza expresiva.

‘Fortuna’ se muestra especialmente emocionante en sus silencios, con esa niña herida y huérfana totalmente perdida que mira por la ventana con una mezcla de melancolía y esperanza, pero también en sus diálogos, especialmente los protagonizados por el personaje que interpreta Bruno Ganz (en uno de sus últimos papeles), un sacerdote obsesionado con la idea de la justicia y la bondad.