CRÍTICA DE CINE

'Amazing Grace': Aretha Franklin como nunca la vimos

Allan Elliott ha logrado, tras arduos esfuerzos, recuperar, montar y sonorizar el material rodado por Sydney Pollack y convertirlo en uno de los mejores documentales musicales de los últimos tiempos

Estrenos de la semana trailer de 'Ámazing Grace' del 2018

Estrenos de la semana trailer de 'Ámazing Grace' del 2018. / periodico

Quim Casas

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Sydney Pollack acaba de realizar con Robert Redford 'Las aventuras de Jeremiah Johnson' cuando Warner le puso al frente de 'Amazing Grace', filmación de las dos actuaciones seguidas que Aretha Franklin hizo en una iglesia baptista de Los Ángeles, en enero de 1972, grabadas para ser editadas en un doble álbum que tardó poco tiempo en convertirse en el más vendido de la historia de la música góspel.

Pero el director de 'Tal como éramos' era un absoluto profano en la materia: nunca había rodado un concierto en directo. De su inexperiencia, y la de su equipo, derivaron una serie de contratiempos y el filme nunca pudo estrenarse debido a deficiencias técnicas entre imagen y sonido.

Allan Elliott ha logrado, tras arduos esfuerzos, recuperar el material, montarlo y sonorizarlo. 'Amazing Grace' es una realidad. No solo existe el disco. También tenemos una película que la historia nos debía, ya que se trata de uno de los mejores documentales de música de los últimos tiempos.

Está montado en crudo, con zooms de corrección y acercamiento –hay uno tan torpe como entrañable hacia Mick Jagger, que apareció como espectador en la segunda noche– y Pollack pasando una y otra vez frente a la cámara. Eso le da un mayor sentido de momento único y se ciñe mejor a esa plegaria –toda actuación de góspel lo es– en que Franklin convirtió un concierto-oficio religioso en el que interpretó con un sentimiento inigualable aquellas canciones que cantaba de pequeña.