GIRA POR JAPÓN

La OBC triunfa con la 'Turandot' de Álex Ollé en Tokio

La Fura dels Baus y la OBC en Tokio con 'Turandot'

La Fura del Baus y la OBC en Tokio con Turandot. / periodico

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras el impacto del trágico (y transformado) final con el que el director catalán Àlex Ollé culmina su producción de ‘Turandot’, la célebre ópera de Puccini, el público japonés estalló en aplausos en el New National Theater de Tokio este lunes. No era para menos. La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) sonó como nunca liderada por su titular, Kazushi Ono. Se nota que la gira de ópera y conciertos sinfónicos que están realizando en Japón les está sentando de maravilla. La de este lunes era la última función ofrecida en la capital nipona –quedan  cuatro representaciones más de ‘Turandot’ , dos en Otsu y dos en Sapporo con los dos repartos- encandiló al público que coronó la representación con 10 minutos de aplausos. Esta impresionante producción de estética futurista lo merecía, sobre todo tras la entrega de todo el equipo, empezando por una sólida OBC que brilló dirigida por el maestro Kazushi Ono, su titular, siempre atento a todas las sutilezas de la compleja partitura.

Magnífico resultado

La magnífica acústica del teatro, construido hace 20 años, contribuyó al resultado final. Tanto la música como las voces, las del primer reparto, llegaron con nítida claridad. A la soprano Irene Theorin, su potencia de voz y experiencia le sobraron para suplir un día algo irregular como princesa de hielo aunque recogió los muchos aplausos como la diva que es. Pero esperemos que esté más afinada cuando protagonice en el Liceu la nueva producción de este mismo título que dirigirá Franc Aleu en la apertura de la temporada el 7 de octubre. La otra gran triunfadora, que estuvo divina en todos los aspectos, fue la estrella local, Eri Nakamura. Tras hacer carrera en Europa ha regresado a su tierra para interpretar a la sufrida Liù. La soprano nipona bordó el rol de esclava, tanto vocal como actoralmente y tocó la fibra del espectador. El tenor rumano Theodor Ilincai fue un sólido Calaf y gustó mucho aunque su ‘Nessun Dorma’ prometía más al principio del aria que al final y fue recibida tan solo con tímidos aplausos. El padre de Turandot, el emperador Altoum, estuvo intrerpretado por un Hiroshi Mochiri , bajo que transmitió demasiada solemnidad y poca humanidad, no así  Timur, el padre ciego de Calaf, que estuvo correcto defendido por el bajo Riccardo Zanellato. El trio de Ping (Takashi Masu), Pang (Takumi Yogi) y Pong (Toshiaki Murakami), que en esta versión cambió de  rol en cada acto, brilló sobre todo en los dos primeros , no tanto en último. Y Yuichi Toyoshima estuvo muy bien en su rol.

Lo que más impresionó fue la  radical clausura en la que Ollé suprime y transforma el final feliz, amén de la interpretación de la OBC y la escenografía diseñada por Alfons Flores, un espacio cargado de escaleras formando rombos que permitían jugar con la posición del coro integrado por voces del New National Theater completadas por voces del Fujiwara Opera Chorus Group y el Vocal Ensemble del Biwako Hall, además del coro de niños Tokio FM. "Aún no me he recuperado. Me ha parecido magnífico ese final", explicaba una de las espectadoras a la salida. 

Puccini no pudo acabar la partitura de ‘Turandot’, la muerte se lo impidió. Fue su discípulo, Franco Alfano, quien se encargó de ese final pero Àlex Ollé ha diseñado uno más acorde con la sanguinaria princesa china y con el gusto por el drama del compositor italiano. En su versión Calaf no obtiene lo que merecía: la mano de Turandot. Ella, presa de ese trauma familiar que la impide amar a un hombre, en el último segundo (ojo, aquí un 'spoiler'), se quita la vida. Y lo hace igual que Liù, rebanándose el cuello. No es la primera vez que un director de escena se toma esta libertad  (Núria Espert lo hizo en el montaje que reinauguró el Liceu en 1999), pero aún así, impacta. Ollé, aclamado artista furero que hace menos de una semana presentó con éxito en Peralada ‘Historia de un soldado’, de Stravinski, no duda. “Teniendo en cuenta cómo acaban otras obras de Puccini como 'Madama Butterfly', 'Tosca y 'La Bohème', creo que le hubiera gustado esta visión trágica de 'Turandot'. Y no, un final feliz”, afirmó durante los ensayos. Esta es su tercera ópera de Puccini y se siente muy satisfecho con esta nueva producción realizada gracias a un puente cultural entre Barcelona y Tokio liderado por Kazushi Ono, titular de la OBC, y el New National Theater de Tokio, un teatro especializado en ópera y ballet cuya sala principal tiene capacidad para 1.800 personas, y el Bunka Kaikan, el otro gran teatro dedicado a la ópera en Tokio.

La preparación del montaje empezó a gestarse hace cuatro años y, a tenor de la respuesta del público, ha valido la pena. Las entradas están agotadas hace días. “Me ha encantado la OBC, una orquesta que no conocía. Me gusta que proceda de Barcelona, una ciudad que aquí asociamos con la alegría y la playa”, explicaba un espectador. "Tanto la orquesta como el director han estado sensacionales. Ojalá vinieran más", señaló otra mujer. El debut operístico de la OBC ha calado. Hasta ahora les habían invitado solo a realizar giras sinfónicas. Veremos si el puente Barcelona-Tokio se mantiene más allá de la Olimpiada Cultural de los JJOO de Tokio 2020 en los que se enmarca esta 'Turandot'. 

Embajada cultural y comercial 

Una nutrida representación institucional catalana acompañó también esta última representación en Tokio de 'Turandot'. Era el primer acto de una intensa semana catalana en Japón con actos culturales, de negocios y deportivos al  coincidir la gira del Barça por el país. A la función de 'Turandot' por parte de la Generalitat asistieron Mariàngela Vilallonga, 'consellera' de Cultura, Francesc Vilaró, secretario general de Cultura. También visitarán esta semana la exposición del MNAC 'Arte catalán. Del modernismo las vanguardias', inaugurada en abril pasado en Nagasaki que recalará después en otras ciudades como Himeji, Sapporo, Shizuoka y Tokio hasta el 19 de enero del 2020.