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'En buenas manos', un drama coral muy real sobre los entresijos de una adopción

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Eduardo de Vicente

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Una adopción es un asunto muy complejo en el que se ven envueltas muchas personas y en el que hay que tener una gran sensibilidad al afrontarlo, ya que entran en juego muchos sentimientos y que sea un éxito depende de múltiples factores que hay que intentar asegurar al máximo. De ello trata un drama francés recientemente estrenado que ha escrito y dirigido la realizadora Jeanne Herry (Elle l’adore)En buenas manos. Para ello ha reunido a un reparto coral, ya que el filme no tiene un único protagonista y entre los actores figuran Sandrine Kiberlain (Enamorado de mi mujer), Gilles Lelouche (Pequeñas mentiras sin importancia y director de El gran baño), Élodie Bouchez (La vida soñada de los ángeles) y la veterana Miou-Miou (Milou en mayo).

La acción se inicia en un hospital francés, cuando una joven da a luz a un niño y decide entregarlo en adopción. Los mecanismos empiezan a activarse y un equipo de profesionales busca una familia de acogida que se ocupe de él provisionalmente hasta que encuentren a sus nuevos padres para lo cual deberán aprovechar un complejo proceso de selección previo.

El cuidadoso trabajo de unos grandes profesionales

La película emociona al ver la delicadeza y sensibilidad que todos demuestran ante la situación. Todo empieza con la asistenta social que se ocupa de la embarazada, que no intenta hacerla cambiar de opinión, respeta su decisión aunque pueda no compartirla, la orienta, la asesora y la ayuda para que se sienta protegida, siempre confidencialmente. Paralelamente, los psicólogos que hablan con las familias que optan a adoptar no los evalúan, tan solo intentan que ellos les expliquen cómo son, sus dudas y sus defectos, ya que tienen en cuenta que nadie es perfecto.

Uno de sus elementos más innovadores es el personaje del padre de acogida, ya que se trata de un auténtico amo de casa Es decir, se trata de una pareja que ha invertido los roles tradicionales y él ya es todo un profesional del cuidado de los niños. Otro aspecto que resulta muy sorprendente es el método que utilizan explicándole al bebé todo lo que está ocurriendo (que su madre no puede hacerse cargo de él, que un hombre se ocupará de él por un tiempo…) aunque sea demasiado pequeño para comprenderlo.

Quince bebés para un único personaje

También plantea las preguntas que deben hacerse los futuros padres adoptivos, cuestiones en las que probablemente nunca hubieran pensado, así como aborda las dificultades de las familias monoparentales para crear un completo collage en el que todos los individuos que participan o pueden participar en este proceso estén representados.

Otro de los hallazgos del filme es el bebé. ¡Qué cosita más dulce y más mona! Te enternece desde el minuto uno. Sus expresiones cuando le cuentan la situación en que se encuentra en cada momento son impagables. Pero, claro, por cuestiones que todos podemos imaginar, no se ha utilizado a un solo niño en el rodaje ya que se necesitaron… una quincena.

Es tan idealista como emocionante

Es una historia muy humana, muy bien documentada, cercana, que se ve con una sonrisa cómplice. Reivindica el trabajo de estos profesionales, te enorgulleces de su actitud y explica de una forma muy didáctica los protocolos que se siguen en estos casos y por qué se toman ciertas decisiones. Quizás sea demasiado idealista pero está muy bien como el objetivo al que deberían tender quienes se dedican a este trabajo tan complejo repleto de emociones.  Quienes prefieran los filmes de sentimientos por encima de los de efectos especiales, ya tienen una propuesta ideal. Estarán en buenas manos…