ENTREVISTA

Chimo Bayo: "La Ruta del Bakalao fue una estrella que brilló con mucha luz, por eso murió"

El 'dj' insignia del fenómeno juvenil de los años 90 vuelve a llenar salas y es una figura cotizada por las marcas

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Nacho Herrero

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Chimo Bayo ha vuelto. Otra vez. Como ya pasó hace una década, pero ahora con más fuerza, el icónico 'disc-jockey' de la Ruta del Bakalao vuelve a ser una estrella. Tiene cincuenta actuaciones este verano, las marcas lo buscan, ha dado un pelotazo con su propio vino y en pocos días estrenará una canción con un grupo de metal. 

¿Cuántas veces ha resucitado Chimo Bayo?

Bueno, de momento me han matado dos veces. La última fue una alerta de Google las Navidades pasadas y la anterior en el 2011 en Wikipedia. Hubo un comentario en la prensa que decía 'a Chimo Bayo lo vuelven a matar y se lo toma con alegría'. Pero en la época de la Ruta me mataban fin de semana sí, fin de semana no. En aquella época no había móviles y la gente venía a la discoteca a ver si era verdad y había unos llenazos espectaculares.

¿Y resurrecciones profesionales?

Llevó 37 años en esto y aunque me lo dice mucha gente últimamente yo no soy consciente de reinventarme. A mí me gusta que digan 'Chimo hace cosas'. Nunca me quedo parado. Cuando dejé de pinchar un tiempo hice un programa de televisión, luego la novela, he producido canciones para mí y para otra gente, ahora tengo la marca de vino... Si paras, luego cuesta más reengancharse.

El vino Huha, una publicidad de un banco...

¿Qué hay mejor que Chimo Bayo explicando cómo hacerse un plan de pensiones?

Fue un referente, ¿le extraña seguir siéndolo casi 40 años después?

Nunca pensé que llegaría a esta edad en la situación que estoy, la verdad. Intento hacer las cosas lo mejor posible. Me lo tomo todo como si fuera la primera actuación, no llego de sobrado a ningún sitio y, sobre todo, miro al público, que a mí me gusta mucho ver cómo responde. Estoy aquí porque la gente ve que soy auténtico. Nunca he renegado ni de la Ruta, ni de canciones que haya hecho. Al final te conviertes en imagen porque no cambias.

"Hablo, canto, doy consignas, pongo mis números uno. Porque imagínate que ibas a ver a Michael Jackson y no hacía el 'moonwalker'. Pues te ibas desengañado

¿Cómo es una actuación suya ahora? ¿Como las antiguas en El Templo?

Yo soy un 'dj-showman'. Como siempre, involucro a la gente viniendo del espacio exterior. Hablo, canto, doy consignas, pongo mis números uno. Porque imagínate que ibas a ver a Michael Jackson y no hacía el 'moonwalker'. Pues te ibas desengañado.

Ahora que hay cierta reivindicación de la Ruta del Bakalao, ¿cómo la recuerda?

Para mí fue el último movimiento social espontáneo de búsqueda del placer y del hedonismo. Sin internet y sin redes sociales 50.000 personas de toda España se juntaban en un sitio para pasarlo bien, quedaban para disfrutar y no había broncas. Algún accidente tenía que haber si había 30.000 coches moviéndose pero es que en aquella época no era obligatorio el cinturón. Era alegría y un movimiento irrepetible, no creo que haya ninguno así de espontáneo ahora, todo está condicionado a las redes sociales.

Había alegría y también culto a la música…

Los 'dj' teníamos la fuerza y la capacidad para poner 20 temas nuevos y la gente venía pensando qué tema iba a poner Chimo. Ahora la gente sólo escucha lo que conoce. Entonces había una búsqueda de sonidos y era un movimiento de culto transversal. Había un abogado y al lado el que recogía naranja, otro que trabajaba en un bar, un diseñador de moda y el dueño de un pub.

"De pequeño me llamaban 'Nino Bayo' porque me gustaba mucho Nino Bravo"

Por Valencia entró mucha de la música más moderna del momento.

Eso fue gracias a los 'dj' anteriores a nosotros, que aunque técnicamente no eran buenos, porque no tenían posibilidades, eran unos visionarios. Pusieron una semilla. Yo llegaba a Barraca y escuchaba la 'Música para camaleones' de Gary Numan o Nina Hagen, y todos los grupos que traían de Inglaterra, de pop o de techno. Y luego la revolución de temas electrónicos con Front 242... De ahí cogí el gusto musical.

¿Cómo se metió en esto?

De pequeño me llamaban 'Nino Bayo' porque me gustaba mucho Nino Bravo. Yo quería ser piloto de motocrós, pero me rompí una pierna. Lo pasé muy mal y la música me salvó la vida. No quería ver a nadie, había perdido la posibilidad de ser campeón de España. Tras un año sin querer salir, mis amigos me sacaron a una discoteca y estaba muy incómodo, no me gustaba la gente que fumaba o que bebía y tropezaba con todo el mundo con las muletas. Me dijeron que me metiera en la cabina, que así no molestaba, y me puse como un florero detrás del 'dj'. Empecé a ver cómo pinchaba y un día que se fue a un concurso me dijeron que me pusiera. El chaval ganó, pidió más dinero y lo tiraron, y me dijeron que me quedaba yo.

¿Cómo fue la fama, verse tan arriba?

Siempre lo vi todo normal en mi evolución, como cuando me dijeron que era número uno en Japón y tenía que ir. Veía todo natural, lo bueno y lo malo. Pero una mañana que volvía de fiesta y estaba quitándome las botas, puse la tele y estaba el programa ese 'Del 40 al 1' y de repente: "Puesto 27, un 'dj' de Valencia que está volviendo loco a todo el mundo con 'Así me gusta a mí'". Del subidón que me pegó tuve que ir al baño a devolver, lo tiré todo y no iba borracho ni nada.

Pues porque fue una estrella que brilló con mucha luz. Cuando algo destaca tanto es difícil que dure. Además estuvo la masificación y el cambio de público que ya no empatizaba tanto. No había tanta elegancia como teníamos los primeros.

"Fue la primera vez que la gente salió del 'tener trabajo, casarse y comprarse un piso'. Fue la primera vez que la gente pensó en divertirse antes"

¿Qué papel tuvieron las drogas?

Fue la primera vez que la gente salió del 'tener trabajo, casarse y comprarse un piso'. Fue la primera vez que la gente pensó antes en divertirse. La gente cambió el ajuar por el 'huha'. Había gente que tomaba y gente que no, pero había un alto nivel de empatía. Nos comunicábamos y nos hacíamos amigos de desconocidos. ¿Ahora la gente no toma drogas? Yo creo que la actitud es más importante, yo conozco a gente que con un whisky hay que tirarlos del local.

Pero se acabó y hubo una época en la que no se acordaban de usted...

Cuando subes mucho luego siempre tiene que haber un bajón, soy consciente y lo tomé con naturalidad. Pasé de ser un gran artista internacional a ver que la gente pensaba 'uf, este ya no espabila'. Hay que ser digno, llevarlo con naturalidad. Dejé de pinchar cuando no me llenaba la música y ahí tienes que esperar y hacer cosas que te gustan. Pasó el tiempo y volvieron a llamarme

Y ahora es la estrella de festivales de 'remember', abre 'Cachitos'…

Es que cuando hacen la encuesta esa de 'Nirvana o Chimo Bayo' siempre gano yo (risas). El secreto está en haber llegado a varias generaciones. Tengo seguidores de 14 años que vienen con sus padres, jóvenes de 20, y así casi hasta los de 60. Pero no sé cómo se hace.

Le ha dado incluso para escribir un libro, 'No iba a salir y me lié'.

Si hacer canciones es complicado, escribir una novela lo es mucho más. La hice con Emma Zafón, y está otra en proyecto. Yo escribía de noche, después de actuar, y a las siete o las ocho le pasaba todo lo que se me había ocurrido y ella lo iba almacenando. Es la historia de la búsqueda de la felicidad.

Ya había creado personajes, como la Tía Enriqueta…

Todos me decían que le cambiara el nombre pero soy muy cabezón y se ha ganado el cariño de la gente. Es una historia verídica, de potencia y de cariño. Hay gente de 20 años que parece que tiene 80 y otros de 80 que parece que tengan 20. Había un mensaje de que la actitud no está en los años.

"Cada vez que ponen 'Exta-sí' me pone la carne de gallina"

En sus canciones, ¿hay un trasfondo?

Las canciones se van apoderando del mensaje pero, por ejemplo, el 'Exta-sí, exta-no' todo el mundo pensaba que hablaba de una cosa pero también hablaba de la búsqueda de la pareja adecuada, del bien y el mal, de lo que quieres elegir. Son canciones libres, también su interpretación.

Grandes artistas han renegado de la obra que les encumbró porque a veces era incluso más grande que el artista. ¿Se cansó alguna vez de las suyas?

Todo lo contrario, de ninguna. Tengo dos hijas: la primera fue el 'Así me gusta a mí' y gracias a esa pude tener a Tania. Me encanta cantar mis canciones, no me he cansado. A veces me pregunto cuántas veces habré cantado el 'Exta-sí' y no lo sé pero cada vez que la ponen me pone la carne de gallina y creo que eso también le pasa al público.