CRÍTICA DE CINE

'Dobles vidas': infidelidades analógicas

El resultado del último filme de Olivier Assayas es paradójico: mira hacia el futuro y habla de los cambios sociales y culturales con el formato de una comedia tan agradable como clásica

Quim Casas

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Todo buen cineasta debe hablar de lo que le preocupa, sea en asuntos sentimentales, sociales o políticos. Olivier Assayas es un buen director. Un cineasta excelente. A su manera muy personal ha pulsado temas tan diversos como el terrorismo, las rencillas familiares, la adolescencia, las corporaciones internacionales, la revolución cultural del mayo del 68 o la creación musical, cinematográfica y teatral. En su último trabajo, 'Dobles vidas', encara la diferencia/divergencia entre lo analógico y lo digital utilizando el contexto literario, lo que va del libro en papel al e-book, aunque esta no sea la única cuestión, ya que se trata de hablar también de lo que se lee y porqué se lee menos que antes.

Pero Assayas nunca ha sido un director de tesis. Sus discursos ni son programáticos ni recurren al tópico. Por eso trata el tema de la lectura digital frente a la analógica a partir de una comedia de infidelidades. Ese es el género. Ese sería el tema principal, de qué manera se relaciona un editor casado con una actriz con una de sus colaboradoras, y la aventura que tiene la actriz con un escritor a quien su marido acaba de rechazar su último manuscrito, y qué papel juega la esposa del novelista centrada en su carrera como asesora de un político que no acierta ni una.

Idas y venidas amorosas. También el tema candente de la autoficción, ya que el novelista se inspira siempre de manera transparente en lo que le pasa y eso genera controversias. Muchas secuencias conversadas en un bar, en las calles, en habitaciones clandestinas y en fiestas privadas en las que no se habla por hablar: Assayas filma muy bien y escribe y dialoga mejor. El resultado es paradójico. 'Dobles vidas' mira hacia el futuro y habla de los cambios sociales y culturales con el formato de una comedia tan agradable como clásica.