'Oh, mami!', risas y sexo el Borràs

Mamás, sexo y madalenas se mezclan en ‘Oh, mami!’ una comedia vodevilesca que transcurre en una local de la zona alta de Barcelona, una pastelería montada por mujeres que se convierten en emprendedoras para no aburrirse. La idea de tener una pastelería especializada en 'cup-cakes', las madalenas de toda la vida con cremoso acompañamiento en la parte superior les llevará sin embargo a meterse en un negocio ilegal: ofrecer otro tipo de dulces en el piso superior. 

Todo empieza cuando Maribel, personaje que interpreta Anna Barrechina, descubre los placeres de un masajista "obsesionado con el orgasmo perfecto", interpretado por Octavi Pujades. Y, con el fin de animar el negocio sugiere transformar el altillo de la tienda en un espacio óptimo para ofrecer masajes con final feliz. 

No será fácil acondicionarlo sin que haya sospechas, como tampoco lo será mantener la discreción, algo imprescindible para el buen nombre de un local situado frente al parque donde juegan los retoños de las clientas.

Jofre Borràs, Artur Busquets, Betsy Turnez y Joana Vilapuig completan el reparto. Interpretan a los diferentes personajes en el Teatro Borràs. Desde mamás cansadas de la rutina, las parejas de algunas y la variada clientela que acude al local.  

Inspirado en Sarrià

“La idea de esta obra surgió cuando iba al parque con mi hijo, en Sarrià, y escuchaba a las madres porque los padres apenas venían”, recuerda Oriol Vila autor del texto y co-director con Raquel Salvador. Ambos forman Nico& Sunset, tándem creativo que ya triunfó con ‘Paradise’. Si en aquella obra ambientada en un puticlub sobre diferentes formas de amor, en ésta el sexo se ha tratado con suma delicadeza, explican. “La verdad es que teníamos un poco de miedo. Pero las funciones previas han ido muy bien. Nadie se ha escandalizado, la gente se lo pasa bien. Hay sorpresas, claro, pero todo está tratado de forma elegante y sugerente”, dice Vila. 

‘Oh, mami’ habla con humor de la sexualidad femenina y pone en tela de juicio las relaciones de pareja y la necesidad de las mujeres de tener un nexo afectivo para disfrutar del sexo. “Esta comedia es en realidad un canto a la libertad”, afirma Vila. Sabe que las comedias funcionan cuando están bien formuladas, cuando el público se identifica con los personajes y comparte los riesgos y peligros que entrañan sus decisiones. Estos días ha estado al pie del cañón valorando las reacciones de la concurrencia durante las sesiones previas. “Ha sido brutal ver a la gente. Se han metido de lleno en la obra. No hemos tenido que cambiar nada. Ya nos dimos cuenta durante los ensayos lo que podía provocar la obra y está todo cuidado hasta el último detalle, con luces ténues y buen gusto”.