CRÍTICA DE CINE
'Un pueblo y su rey': la toma de la Bastilla
Aunque deslavazado, logra ser tan costumbrista e intimista como didáctico, sin cargar las tintas en ningún personaje
Quim Casas
Periodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
Quim Casas
Se anunció como la película definitiva sobre la Revolución Francesa, pero el resultado es bastante deslavazado. El filme cuenta muchos de los aspectos que llevaron a la toma de la Bastilla a partir de peripecias individuales, lo que está bien, pero el director se ve obligado luego a resumir la complejidad y contradicciones del proceso revolucionario mediante la recreación de parte de los discursos en la Asamblea de Marat, Robespierre o Saint-Just, de ritmo algo farragoso. Eso sí, logra ser tan costumbrista e intimista como didáctico, sin cargar las tintas en ningún personaje y rehuyendo toda consideración épica.
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