CRÓNICA

Eros Ramazzotti, vínculo duradero en el Sant Jordi

El cantante romano ofreció un elaborado y elegante espectáculo en la presentación de su nuevo disco, 'Hay vida'

el cantautor italiano Eros Ramazzotti en Madrid

el cantautor italiano Eros Ramazzotti en Madrid / periodico

Jordi Bianciotto

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Pasan las modas, los fenómenos y las caras nuevas y ahí sigue Eros Ramazzotti, abordando por décima vez el Palau Sant Jordi después de tres décadas (ahora sin conseguir llenarlo), apartado del acontecimiento del momento y creciendo como quien dice de la mano de su público. Canciones ofrecidas como pedazos de su vida y envueltas en espectáculos elegantes y bien construidos como el de este sábado.

Ramazzotti vino a presentar ‘Hay vida’ (o ‘Vita ce n’è’ en italiano), un disco en el que desarrolla sus pensamientos adultos con espíritu positivo y con su empaque de canción pop serena y de pulcros acabados. Abrió la sesión con la que le da título en un escenario sofisticado, cantando primero detrás de una lámina traslúcida y flanqueado luego por una larga pantalla curva que se introducía en el público y que cobró, en ‘Fábula’, un aspecto de camino de flores.

Un batería metalero

Hombre de pocas palabras, dio a su público todo lo que podía esperar de él sin caer en recursos populistas ni momentos de relleno. Banda de ocho piezas, ahora sin la guitarra de Phil Palmer (Dire Straits, Clapton), aunque Ramazzotti llegó a cubrir su vacío con sus solos más que notables en ‘Estrella gemela’ o ‘Necesito de ti’. Siempre ha habido una consistencia rock en su sonido, y sus últimos baterías proceden del heavy metal: después de Thomas Pridgen, ahora el titular es Eric Moore, exmiembro, como aquel, del grup thrash Suicidal Tendencies.

Dejando de lado la guitarra, se abocó a un tramo muy dinámico con repescas como la ‘funky’ ‘Tierra prometida’, el cierre de su primer disco, ‘Cuori agitati’ (1985). Alternando en las letras el italiano y el castellano, se acompañó luego de la guitarra acústica en un tramo sustancioso culminado por ‘Una historia importante’, ofreció teatrales duetos con las coristas, Giorgia Galassi y Monica Hill, y se atrevió con el reguetón, sin gran trascendencia, en ‘Por las calles las canciones’. 

Mensajes ecologistas en la pantalla y el goteo de éxitos: de la ‘bluesy’ ‘Si bastasen un par de canciones’ a ‘Cosas de la vida’ y de ahí a ‘Música es’ y ‘La cosa más bella’, con los que Ramazzotti refrescó el duradero vínculo con un público al que le trae al pairo que el romano esté ya lejos de ser el sabor del momento.