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Una exposición fotográfica recuerda a la clase obrera británica de los años 70

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Eduardo de Vicente

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Los años 70 fueron una época dura para las clases obreras británicas. El descontento con las políticas desconcertantes de los gobiernos laboristas de Harold Wilson y James Callaghan rompieron muchos sueños y provocaron la llegada al poder de Margaret Thatcher que acabó de romper la baraja de la paz social con las privatizaciones de servicios básicos y la liberalización económica. Una etapa que los trabajadores sufrieron más que cualquier otro colectivo, como siempre. Los datos explican que, en aquel momento había entre 15 y 17 millones de personas pobres o en umbral de la pobreza, más de una cuarta parte de la población. Aterrador. Sus efectos pueden ahora descubrirse en Survival Programmes: In Britain’s Inner Cities (Programas de supervivencia en los barrios de clase obrera británicos)una exposición que reúne en el Palau de la Virreina la obra de tres fotógrafos del Exit Photography Group: Nicholas Battye, Chris Steele-Perkins y Paul Trevor.

Todos los trabajos son en blanco y negro y contrastan poderosamente con las nítidas paredes del centro donde pueden verse. Momentos dramáticos, instantes de la vida diaria, del mundo del trabajo, de la calle, las manifestaciones y revueltas… Ambientadas en su mayoría en los barrios marginales de Londres, Birmingham, Liverpool, Newcastle, Middlesbrough, Glasgow y Belfast. Todas ellas articuladas en cuatro apartados. En el prólogo a la exposición vemos escenas cotidianas de la clase obrera con especial protagonismo de los niños bien sea jugando en la calle, yéndose a dormir, eligiendo equipo para un partido de fútbol o como unos miembros más de una familia pobre.

Los niños y los trabajadores

La primera parte es la denominada Crecimiento en la que los pequeños también son el centro de la mirada de los fotógrafos jugando alegremente entre los restos de un coche robado o besándose apasionadamente en un garaje. Muestra los albergues, a familias gitanas o a la nueva juventud representada por los mods, el movimiento que tan bien mostró la película Quadrophenia. El segundo módulo recibe el título de Promesa y se centra en el mundo laboral:Promesa  trabajadores del sector automovilístico, del textil (con una foto de Elvis en primer término), los aprendices o las cadenas de montaje. Y la reurbanización de las ciudades, familias en el paro con contrastes como un niño enfermo junto a un banco o la estética de los bloques de oficinas simétricos.

Bienestar parece una denominación irónica para el siguiente conjunto de fotografías, presididas por la tristeza con las zonas de viviendas públicas, noches de Navidad sin lujos, prisiones y detenciones. Y, siempre al fondo, los niños, víctimas inocentes de los errores de los adultos. Frente a todo ello, ¿qué queda? La Reacción (cuarto tema de la muestra), tanta injusticia no podía ser asumida y basta. Hacía falta luchar, oponerse con fuerza al mismo tiempo que se intentaba ayudar a los más necesitados. De ahí el subtítulo ¡Que se sepa! donde vemos las tareas en los centros de acogida, refugios para mujeres maltratadas o el trato a los pensionistas.

Reacciones de la gente y la situación económica

¿Qué puedo hacer? trata de otro tipo de reacciones, el consuelo para algunos era la religión acudiendo a las iglesias o a las mezquitas, los jóvenes ocupando casas; las más violentas con enfrentamientos y la delincuencia y la más esperanzadora con manifestaciones contra el racismo. A la salida, un gráfico nos expone el perfil estadístico de la Gran Bretaña de aquella década centrado en la situación económica, las paupérrimas prestaciones que percibían. Para echarse a llorar. Han pasado ya cuatro décadas y parece que seguimos sin aprender de los errores del pasado…