Puerta grande para Juan Carlos Cubas en la primera corrida de Acho

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Jaime de Rivero

El matador peruano Juan Carlos Cubas fue el triunfador de la primera corrida de la Feria del Señor de los Milagros en la plaza de toros de Acho de Lima, al cortar una oreja a cada toro de su lote, alternando con Diego Silveti y Román, quien también cortó un trofeo al sexto de la tarde.

Cubas abrió cortando una oreja del segundo, un toro tardo, incierto y sin transmisión que no permitió lucimiento en los primeros tercios, pero con el que el peruano anduvo bien.

Le encontró las distancias y el sitio al animal, especialmente por el pitón derecho. Echándole la muleta al hocico tiró de astado para armar series de muletazos, lidiándolo con más emoción que lucimiento, pero llegando al público.

Alargó la faena innecesariamente. Mató de media lagartijera, certera y fulminante, y paseó el primer trofeo de la tarde.

Con el cuarto colorado, incierto y cruzado de salida, Cubas no se acopló de salida. El toro, distraído y huidizo, rompió a embestir en la muleta tras el toreo andando con la muleta baja del peruano, que así logró fijarlo en la muleta.

El toro fue a más y Cubas instrumentó series por ambos lados, haciendo sonar la música y coreándose los muletazos, pero sin aprovecharlo del todo.

Concluyó con manoletinas y dejó otra media estocada, efectiva y en buen sitio. Cortó una oreja que fue protestada por un sector del público.

Diego Silveti confirmó la alternativa de matador de toros, con el que abrió plaza, un toro colorado repetidor que tuvo un buen pitón derecho.

Le faltó algo de fuerza en la muleta, pero derrochó nobleza. Tras las dos primeras series diestras, de buena factura, sonó la música.

Toreó siempre dejándole la muleta en la cara para hacerlo repetir. Por el izquierdo no fue tan claro en su acometida y no pudo redondear. El mexicano concluyó con bernadinas ceñidas y un bajonazo que anuló toda su labor. Fue silenciado.

Feo de tipo el quinto, humilló, pero blandeó en exceso. Lo más destacado del primer tercio fue el lucido quite de Silveti con el capote a la espalda, emulando a Roca Rey.

De muleta, lo toreó con limpieza y estética, pero sin obligarlo ni someterlo. Siempre en línea recta. Justamente, esa falta de profundidad de su trasteo le impidió conectar con los tendidos.

Mató de una buena estocada, pero el toro tardó en doblar. Hubo silencio para ambas partes.

Al tercero de La Viña, con el que confirmó la alternativa, Román lo recibió con faroles de rodillas, para luego llevarlo al caballo en donde recibió una buena vara.

El toro hizo albergar esperanzas, pues acudió pronto, repitiendo con clase y suavidad en los primeros compases de la lidia. En la muleta perdió fuerza y recorrido, condicionando su lidia que fue a media altura.

Intentó de rodillas a un toro soso y sin transmisión que no estaba para esos lucimientos. Mató de dos pinchazos y estocada. Hubo pitos al toro y silencio para el valenciano.

Incierto e informal en los capotes, el sexto ganó fijeza y repetición en la muleta. Román, que había brindado al público, aprovechó la nobleza y repetición del de La Viña para torearlo por pitón derecho, aunque el izquierdo fue superior por el mayor recorrido que tenía.

Ligó las series por los ambos pitones, con el toro repitiendo y conectando el trasteo con los tendidos, pero sin redondear antes las posibilidades de su adversario.

Concluyó el valenciano con molinetes y circulares. Con una estocada arriba, aseguró una oreja.

-Ficha del festejo:Feria del Señor de los Milagros. Seis toros de La Viña, desiguales de tipo, todos con juego y nobleza. Juan Carlos Cubas, oreja y oreja con algunas protestas; Diego Silveti, silencio en su lote; y Román, silencio y oreja. Entrada: Media plaza. Silveti confirmó con Embrujo y Román confirmó con Forjador.