CRÓNICA DE CONCIERTO

Muse salen victoriosos de su concierto en San Mamés

El grupo de Matt Bellamy tocó por primera vez en España algunos temas de su próximo disco durante su actuación en el MTV World Stage Bilbao

Matt Bellamy, en el concierto de Muse en San Mamés, la noche del sábado

Matt Bellamy, en el concierto de Muse en San Mamés, la noche del sábado / periodico

Juan Manuel Freire

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El clímax de la MTV Music Week Bizkaia, casi una semana de conciertos en Baracaldo, Durango, Getxo y Bilbao, ha sido explosivo, épico y puramente de 'blockbuster'. Muse, banda maximalista donde las haya, actuó el sábado en el estadio de San Mamés ante 35.000 personas; una buena masa de fans, quizá también unos cuantos curiosos (a 5 euros la entrada, incluyendo también a Berri Txarrak y Crystal Fighters, este concierto MTV World Stage Bilbao salía a cuenta).

En mitad de la fiebre renovada por Queen, cabe señalar que la banda liderada por Matt Bellamy (voces, guitarra) podría ser lo más parecido a aquellos que existe en la actualidad (de acuerdo, los propios Queen siguen en marcha, pero sin Freddie Mercury y sin grabar temas nuevos, o sea, de aquella manera). Como la Reina, la Musa cultiva un rock desvergonzadamente Grande, con voces teatrales, más grandes, mucho más grandes que la vida; riffs y solos de guitarra con vocación de leyenda, e influencias bastante diversas.

En su nuevo disco, ese 'Simulation theory' del que llevan casi año y medio sacando sencillos y que verá la luz, por fin, el 9 de noviembre, se han dejado tentar por el ubicuo revival de los ochenta, así en lo musical (esas líneas de sintetizador estilo Moroder) como en lo estético (si les resulta familiar el estilo de la portada, será porque es obra de Kyle Lambert, creador del arte promocional de 'Stranger things', que está por todas partes).

Láseres a discreción

Hasta cuatro temas de ese disco, al parecer, sin grandes afanes conceptuales, reverso del denso 'Drones' del 2015, tocaron anoche por primera vez en España. Tras rescatar 'Psycho' del anterior disco, fueron a por el nuevo single 'Pressure', un tema rock bastante directo y a la encía, basado en la concatenación de riffs guitarrísticos, pero por otro lado con enorme arpegio de sinte en el estribillo. Justo después asaltaron 'The dark side', con algo de banda sonora de terror hecha con sintetizadores y también del 'Self control' de Laura Branigan. Por entonces, el aparato visual de Muse ya estaba a pleno rendimiento: láseres a discreción dibujando líneas hipnóticas sobre las paredes del estadio.

Los otros dos temas nuevos que sonaron, 'Thought contagion' y la gospeliana 'Dig down', podrían ser los más políticos del lote: el primero habla sobre la estupidez del pensamiento de grupo y cómo de fácilmente se extiende hoy en día cualquier clase de información, veraz o todo lo contrario, mientras que el segundo parece un lamento por la presencia de cierto personaje en la Casa Blanca ("cuando Dios decide mirar hacia otro lado/ y un payaso toma el trono/ debemos encontrar algún camino").

Batería de 'hits'

Fue un concierto amable y generoso, porque aunque se colaron algunos temas de 'The 2nd law' –reconozcámoslo, su peor disco–, sonaron prácticamente todos los 'hits' más esperados, de 'Plug in baby' a 'Time is running out', pasando por 'Supermassive black hole' y su mezcla indecentemente efectiva de hedonismo funk y energía metal. Cerraron fastos de forma especialmente épica, con 'Knights of Cydonia' precedida del guiño al 'Hombre con una armónica' de Morricone.

La oferta del MTV World Stage Bilbao se completó con Berri Txarrak, veterana banda rock navarra cuya intuición melódica y vigor trascienden cualquier barrera lingüística (cantan en euskera), y Crystal Fighters, el grupo dance angloespañol de ritmos tribales y estribillos coreables, cada vez con un sonido más claro en directo.