CRÓNICA

Festival Life Victoria, por amor al 'Lied'

Josep-Ramon Olivé y Malcolm Martineau inauguran el ciclo en la sala Domènech i Montaner del Sant Pau Recinte Modernista

Josep-Ramon Olivé y Malcolm Martineau, en el concierto inaugural del Festival Life Victoria

Josep-Ramon Olivé y Malcolm Martineau, en el concierto inaugural del Festival Life Victoria / periodico

Pablo Meléndez-Haddad

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Tan solo la Associació Franz Schubert supo mantener en Barcelona durante una década un ciclo dedicado al género del Lied, cuyo especial formato requiere de espacios que inviten a la introspección. Quizás por eso las inmensas salas del Palau, L’Auditori o el Liceu, entidades que se han aventurado a programar ciclos liederísticos, han fracasado en el intento. Ahora es el Festival Life Victoria el que lleva la batuta del Lied en la capital catalana cuidando mucho las salas que utiliza: en su quinta edición se consolida en un ámbito que supo cultivar como pocos la soprano barcelonesa Victoria de los Ángeles. La fundación que lleva su nombre inauguró una nueva andadura del certamen, esta vez en la hermosa sala Domènech i Montaner del Sant Pau Recinte Modernista, con una acústica luminosa y que permite la adecuada cercanía con los intérpretes. 

La velada comenzó con un vídeo de Victoria interpretando 'Damunt de tu, només les flors', de Frederic Mompou sobre una poesía de Josep Janés, y con el propio Mompou al piano, Lied que más tarde Josep-Ramon Olivé interpretaría como parte de un programa dedicado a este compositor cuando se cumplen 125 años de su nacimiento.

El barítono barcelonés impresionó por su adecuación al género contando con el piano del legendario Malcolm Martineau, quien impuso su maestría y temperamento, siempre atento al cantante; su prodigiosa digitación llenó de seguridad a Olivé, quien lució recursos expresivos y coloristas como unos pianísimos timbrados y naturales. El repertorio se movió entre Schubert, Debussy, Poulenc y Mompou, con un Olivé que casi siempre supo medir su entrega para que las poesías se escucharan con sentido y sin apreturas. En algunos momentos le faltó pulir detalles, ya que casi siempre, después de algún forte, llegaba un final de frase muy expuesta, casi sin apoyo y castigando la afinación. Propinas de Richard Strauss y Toldrà despidieron un recital cuyos teloneros fueron un seductor Eduard Mas (tenor) y una eficaz Marta Puig (piano).