Óbito

Muere Iago Pericot, renovador de la escena catalana

El transgresor director escénico y artista plástico tenía 88 años y firmó obras como 'Rebel delirium' y 'Mozart nu'

Iago Pericot, en el Mercat de les Flors, en el 2008.

Iago Pericot, en el Mercat de les Flors, en el 2008. / .8011061

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Heterodoxo e incansable hasta el final. Santiago Pericot, Iago, director, escenógrafo, pintor y grabador, ha fallecido este jueves a los 88 años, según ha informado el Institut del Teatre, del que fue uno de sus profesores. Pericot, genio y figura, jamás se ha apeado de la irreverencia, de la provocación constructiva que animó todos sus montajes. “Y es que cuando se destruye hay que saber qué hacer con los pedazos”, solía decir. Lo demostró hace muy poco, en mayo del 2017 cuando en La Seca Espai Brossa estrenó la obra ‘Adam i Eva’, un revulsivo contra la actualidad, enfrentada a la mirada primitiva de la primera pareja.

El director y escenógrafo –solía definirse como tal porque su concepción del espacio era lo que acababa primando- nació en El Masnou en 1929, un lugar que seguía proporcionándole energía e ideas cuando paseaba por la playa con su perro Glop.

Estudió psicología en la Universidad de Barcelona, pero la pulsión artística pudo más y esa inquietud le llevó a graduarse en la Slade School of Fine Arts de Londres. A principios de los años 70 y ya enamorado de las posibilidades más rebeldes y transgresoras de la nueva escena entró a formar parte del Institut del Teatre, siendo uno de los protagonistas de su renovación, junto con Hermann Bonnin y Fabià Puigserver.

Voz del colectivo LGTB

Con los nuevos aires democráticos, no optó por lo fácil. Homosexual militante, fundó con Sergi Mateu, el Teatro Metropolitano de Barcelona, que alumbró uno de los más montajes más carismáticos del momento en cuanto a la reivindicación de la homosexualidad. Fue ‘Rebel delirium’ estrenada en 1977 en un escenario insólito, la estación de metro de Sant Antoni, mucho antes de que se inaugurara ese tramo al público. Hay que tener en cuenta que todavía estaba vigente la ley de vagos y maleantes que por entonces penaba al colectivo LGTB. También hizo bastante ruido mediático su montaje de ‘Bent’ (1982), que recientemente se había estrenado en Londres protagonizada por Ian McKellen. Era fácil vincular la represión franquista con la persecución de los homosexuales por el régimen nazi. Pericot recordaba en el documental ‘La conquista de la innocència’, dirigido por Abel Folk, como muchos gays españoles se le acercaron para decirle que por fin antes de morir habían visto salir a la luz sus experiencias.  En el 86 concibió ‘MozartNu’, un escenario desnudo con dos bailarines también a pelo en busca de la belleza. En el 2006 recuperó aquel montaje con los intérpretes originales más otra pareja joven.

Partidario de la experimentación y defensor de la ‘perversión’, entendida como una distorsión de aquello que creíamos ordenado, Pericot solía contar que su vocación teatral y plástica nació de la observación de los bombardeos, “terribles pero a la vez magníficos” durante la guerra civil. Esa misma intención tenía uno de sus montajes más carismáticos: la guillotina que instaló en el vestíbulo del Mercat de les Flors durante el Grec del 2014 en el que invitaba al público a utilizarla en contra de lo que más odiaran. Fue todo un éxito.