CRÍTICA DE CINE

'Yo la busco': jo, qué noche en el Raval

La debutante Sara Gutiérrez Galve se sumerge en las calles de una Barcelona insomne, multicultural y palpitante para narrar una magnífica crónica en torno al desencanto generacional

Beatriz Martínez

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La cámara de la debutante Sara Gutiérrez Galve se sumerge en las calles de una Barcelona insomne, multicultural y palpitante (del Eixample al Raval) para narrar una magnífica crónica en torno al desencanto generacional a lo largo de una noche repleta de encuentros difusos y destinos erráticos. A través de la mirada del protagonista nos situamos ante ese abismo vital que se encuentra a medio camino entre la juventud irresponsable y pueril y la madurez como yugo. Por eso quizá es una película en constante movimiento, porque su personaje se encuentra en perpetuo tránsito hacia ninguna parte, entre karaokes decrépitos y fantasías etílicas y también por eso el naturalismo de las primeras imágenes de la película se va transformando en un viaje tan mental como físico, al borde de lo soñado e imaginado. Una película sobre deseos y decepciones, sobre perderse y no encontrarse y como dice la canción de Ray Heredia en la que se basa, sobre buscar una manera de sentir.