CRÓNICA

Lecciones de política

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Rosa Massagué

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Tras su estreno absoluto en Londres, ‘Lessons in love and violence’, la nueva ópera del compositor británico George Benjamin, ha iniciado en Ámsterdam el periplo que la llevará a otros cinco teatros europeos y estadounidenses, entre ellos el Liceu a donde llegará en la primavera del 2021. Que siete teatros importantes se unan para coproducir una ópera contemporánea indica el gran interés que este compositor despierta, especialmente después de su anterior éxito operístico, ‘Written on skin’.   

Las lecciones en el amor y la violencia del título son en realidad lecciones de política. Son las que resultan de la historia de amor y poder protagonizada por el rey Eduardo II de Inglaterra; su valido Piers Gaveston; Isabel, esposa del rey, y Mortimer, consejero real. Como en su anterior ópera, Benjamin, con la inestimable colaboración del dramaturgo y escritor Martin Crimp como libretista, recurre a una historia medieval en la que aparecen los aspectos más oscuros de la condición humana que ya fueron puestos sobre el escenario por el isabelino Cristopher Marlowe. La obra plantea el conflicto entre el amor total del rey por Gaveston, un amor que le lleva a incumplir todas sus responsabilidades ante un pueblo famélico y desesperado, y el poder, también absoluto, que defiende Mortimer quien desencadena el drama que acaba con la muerte del rey y su emparejamiento con una reina condescendiente.

Si hay lecciones en esta ópera, también hay alumnos para aprenderlas. Son los hijos del rey, chico y niña, dos espectadores presentes en todas las escenas. Él, con un papel cantado al final, se desprende del manto protector de la madre, se corona y establece su propio orden. La niña, sin hablar ni cantar, protagonizada la última y cruel escena.

El compositor crea una música intrigante a la que contribuye el uso de la celesta y címbalos, contundente a veces, lírica en otras, con la referencia  siempre presente de su maestro Olivier Messiaen. La escritura vocal es rica y llena de dificultades, pero donde la música tiene un mayor lucimiento es en los interludios entre las siete escenas en las que se divide la ópera.  

A Benjamin le gusta rodearse del mismo equipo. Katie Mitchell firma la dirección escénica ofreciendo una lectura ajustada al milímetro a las exigencias de la obra. Sus ‘Lessons…’ transcurren en un escenario contemporáneo realizado por Vicki Mortimer que consiste en una única habitación vista desde distintos ángulos en cada una de las escenas. La progresión hacia la brutalidad está representada por una gran pecera llena de peces de colores en una de las paredes. Al final la pecera es un depósito seco de tierra y piedras.

También algunas voces son habituales en Benjamin, como la de Barbara Hannigan, la soprano canadienses maestra de las habilidades increíbles y una capacidad actoral notabilísima. El barítono Stéphane Degout con su bella y bien proyectada voz da vida al rey. El también barítono Gyula Orendt era Gaveston, mientras que el tenor Peter Hoare encarnaba a Mortimer. Samuel Boden era el hijo y la actriz Ocean Barrington-Cook, la niña. El propio Benjamin dirigía la orquesta en este estreno de Ámsterdam, lo que siempre es un lujo, que se saldó con los aplausos del público puesto en pie.