UN CLÁSICO DE LAS LETRAS CATALANAS

Regresan las narraciones crueles de Víctor Català

Club Editor emprende la edición integral de los cuentos completos de la escritora de L'Escala

Caterina Albert, más conocida por su seudónimo Víctor Català.

Caterina Albert, más conocida por su seudónimo Víctor Català. / periodico

Elena Hevia

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Regresar a las librerías fresca como una rosa, conectar con los lectores y demostrar que, pese a estar en el panteón y en las lecturas obligatorias de los institutos, Víctor Català, el seudónimo con el que Caterina Albert firmaba sus historias, es mucho más que la autora de ‘Solitud’. En Club Editor no tenían la menor duda, pero la prueba del algodón vino hace dos Sant Jordis cuando la novela ‘maldita’ de la autora, ‘Un film (3.000 metres)’, se convirtió en un 'hit' de la 'diada' y arrastra ya cuatro ediciones en dos años. Ahí quedaba la vía abierta para poner al alcance del público buena parte de la obra de la autora de L’Escala que se encontraba descatalogada. “No queríamos hacer con ello un entierro de primera, un mausoleo que nadie leyera”, explica la editora Maria Bohigas.

Los cuentos de ‘la’ Víctor Català, por ejemplo, suman más de 2.000 páginas, y hasta el momento solo podían encontrarse en librerías de viejo. Así que recuperarlos en conjunto es “hacerle saltar la barrera del tiempo, de las modas y de la lengua”. ‘Tots el contes’ se publicarán en cuatro volúmenes, que corresponderán a cuatro significativas etapas de la autora. Sin embargo, el recién aparecido primer volumen empieza por el final, el que quizá sea su periodo menos conocido. Estos últimos libros, 'Vida molta' y 'Jubileu', fueron publicados en 1950 y en 1951, cuando la autora estaba próxima a cumplir los 80 y en el momento en el que la literatura en catalán empezaba a sacar tímidamente la cabeza editorialmente, tras una década de prohibición franquista. En ese contexto hoy es muy difícil saber qué difusión e impacto tuvo entonces  en los lectores.

Violenta y feroz

La autora llevaba medio siglo de trayectoria, escribiendo bajo seudónimo masculino. Aunque no era un secreto que tras esas historias violentas, enloquecidas y feroces se escondía Caterina Albert, la burguesa terrateniente y católica, la autodenominada mujer de pueblo, que sabía muy bien qué efecto causar, y  mostrar de paso, asegura Bohigas, “un gran talento de camuflaje y a la vez de recuperación”.

A la autora, que fue la primera en introducir una lesbiana en la literatura catalana, le gustaba poner en cuestión la institución matrimonial

La edición de este volumen está a cargo de Blanca Llum Vidal y cuenta con un postfacio del poeta Enric Casasses. Vidal destaca algunos cuentos como 'Lenín', la historia de un mendigo que bautiza a su perro con el nombre del líder soviético, o ‘Honni soit qui mal y pense’ (o lo que es lo mismo en francés, ¡Ay, de quién piense mal) donde la autora, la burguesa convencional que jamás se casó, propone alguna sorprendente alternativa de convivencia a la familia. A Víctor Catalá -que fue la primera en introducir una lesbiana en la literatura catalana- le gustaba poner en cuestión la institución matrimonial. “Las historias de la autora –dice Vidal- se centran en la condición humana y en la expresión de la libertad. Lo que no quiere decir que rompa con las normas, pero sí piensa en sus límites. De ahí la falta de libertad de sus mujeres, sus ancianos y sus niños”. También destaca la capacidad de meterse en los zapatos de personajes como el vagabundo de 'Lenín' que nada tiene que ver con ella.

Caterina o Víctor

De los cuatro volúmenes previstos, el que sin duda traerá más sorpresas es el cuarto, que, a cargo de Irene Muñoz, incluirá los textos de 'Mosaic', los únicos declaradamente autobiográficos y precisamente por eso los únicos que quizá deban ser publicados bajo el nombre de Caterina Albert. También podrían entrar en ese volumen algunos textos inéditos que pudieran encontrarse en el legado de la autora que recientemente compró el ayuntamiento de L’Escala y que todavía está por catalogar. “No sabemos exactamente qué es lo puede haber ahí”, dice Bohigas. Lo que sí se sabe es que una antología de cuentos de aquella “senyoreta de L’Escala” que a principios del siglo XX escandalizó a todos con el monólogo ‘La infanticida’ será publicada en Estados Unidos en el sello Modern Languages Association, que presta una gran atención a las lenguas minoritarias. Además los norteamericanos han decidido devolverle su verdadero nombre. 

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