Festival Sant Miguel Mas i Mas

Chano Domínguez y Mariola Membrives, mucho camino por recorrer

El pianista gaditano y la cantaora cordobesa debutan juntos con un primer concierto prometedor

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Roger Roca / Barcelona

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Chano Domínguez, el pianista de Cádiz que ha hermanado jazz, flamenco, copla y música latinoamericana, le conocen aquí y en la otra punta del mundo. A Mariola Membrives, cantante y actriz cordobesa, parece que le está llegando su momento, aunque hoy por hoy aún es una desconocida para el gran público. De hecho, el viernes, mientras se sentaban y desplegaban los abanicos para pelearse con el calor sofocante del Teatre Grec, una espectadora se preguntaba quién sería esa cantante que debutaba con Chano. O sea, que la apuesta del 15º Festival Sant Miguel Mas i Mas para inaugurar sus noches de agosto en el Grec era alta: el primer concierto juntos de un pianista consagrado y una voz por descubrir.

Para el repertorio eligieron estándares de jazz, coplas, canciones populares, tangos y una ranchera

El riesgo era de por sí alto y decidieron que por lo menos en el repertorio jugarían sobre seguro. Eligieron estándares de jazz, coplas, canciones populares latinoamericanas, tangos y una ranchera. Muchos eran títulos habituales en el repertorio de Chano Domínguez que, seguramente por veteranía, dio la impresión de llevar las riendas. Arrancó en solitario y apareció Membrives para cantar 'Round Midnight', la pieza más icónica del 'jazzman' de cabecera de Dominguez, Thelonious Monk. Al pianista se le veía en su salsa pero a Membrives no tanto. Pendiente del piano, le cantaba más a su compañero que al público. Quizá el estándar de jazz no es su mejor arma, quizá el escenario y los galones de Chano Domínguez imponen mucho. "A ver si este otro estándar nos sale mejor", dijo luego la cantante con una franqueza muy de agradecer, a mitad del concierto. Y así fue.

De menos a más

A medida que avanzaba la noche todo sonaba más fluido. En 'Vuelvo al sur', un tango de Astor Piazzola, Membrives tomó por una vez la delantera al piano y demostró cuán atrevida, a ratos hasta libertaria, puede llegar a ser. Supo imprimir un carácter propio, desgarrado y dramático, a 'Ojos verdes', una copla sobre la que parecía que Martirio tenía la exclusiva desde su memorable colaboración hace años con Chano Domínguez. Quizá con piezas abiertamente flamencas, jugando de igual a igual, la chispa entre pianista y cantaora hubiera prendido aún más, pero no fue un mal comienzo. Si se lo proponen tiene mucho camino por recorrer. 'Hacia dónde', como pregunta la canción de la compositora cubana Marta Valdés que sonó hacia el final, está por ver.