FENÓMENO EN MUTACIÓN

Foster The People, la vida después del 'hit'

Los autores del pegadizo 'Pumped up kicks' presentan sus nuevas canciones el domingo en Razzmatazz

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El año es el 2010. La música de aromas alternativos se abre paso en las listas. Mark Foster trabaja como compositor de 'jingles' publicitarios mientras sueña con éxitos pop. Foster The People, su grupo, se decide a regalar un tema en la red. 'Pumped up kicks' es la viva definición de pegajosidad y su presencia se extiende por todo el mundo entre el 2011 y el 2012. Tratar de escapar de su bajo sinuoso, su estribillo modélico o la parte de silbido es una odisea.

También para el propio grupo: tener un éxito de este calado con tu primer sencillo es tanto bendición como condena. Foster The People han tenido, desde entonces, algún éxito menor ('Helena beat' o 'Coming of age'), pero nada comparado a la explosión popular de aquella canción pizpireta cuya letra giraba, paradójicamente, sobre instintos homicidas juveniles (se prohibió en algunas emisoras de Estados Unidos en diciembre del 2012, en señal de duelo por la masacre de Sandy Hook).

Siete años después del 'boom', Foster The People no parecen preocupados por repetir el fenómeno. Los primeros avances de 'Sacred hearts club', el álbum todavía inédito que el domingo presentan en Razzmatazz, hablan de un grupo preocupado por seguir sus instintos creativos en lugar de por dar forma a otra sensación viral. Escuchen 'Pay the man', por ejemplo: los cambios de ritmo, extraños detalles de producción o ese curioso fraseo semirapeado harán difícil que lo parta este verano, aunque el estribillo sea perfecto.

PARTIR DEL RITMO

Según explica el batería Mark Pontius, en este repertorio la base no ha sido la melodía, sino el ritmo. "Hemos jugado con muchas influencias 'dance' y hip hop. Empezamos cada tema por el ritmo. Nos íbamos al local de ensayo, improvisábamos durante horas y luego oíamos el resultado en busca de algún fragmento que resultara hipnótico. Pequeños momentos para recortar, convertir en bucle, remodelar. Después añadíamos una línea de bajo… Poco a poco, una canción empezaba a emerger".

Además de las hoy inescapables influencias hip hop, en el disco, que se publica el 21 de julio, se palpa también un espíritu de psicodelia sesentera. "Entre los discos que han marcado a todos los miembros del grupo y de los que hablamos casi cada día están 'Magical Mystery Tour' de los Beatles y el 'Pet sounds' de los Beach Boys", señala Pontius.

CADA CANCIÓN ES UNA PELÍCULA

En un vídeo de 'making-of' del nuevo disco, Mark Foster habla de cómo, en la cabeza del grupo, cada canción "es una película, su propia historia". La misión principal consiste en trasladar al oyente/espectador la melancolía o la diversión en la base de cada composición. "Si se fija, cada tema es completamente diferente", dice Pontius. "Para mí están unidos por esos momentos de extraña emoción pop que siempre estás buscando y no se pueden forzar. Simplemente llegan".

En cuanto al concierto del domingo, Pontius promete poco pregrabado, mucha diversión: "Las canciones son complejas y traemos sonidos almacenados, pero los disparamos en directo, tratamos de jugar con ellos. Si no hacemos el concierto excitante para nosotros mismos, difícilmente va a serlo para quien venga a vernos".