ENTREVISTA

Clara Peya: "Tengo la intensidad de diez personas juntas"

La pianista barcelonesa preestrena 'Oceanes', un homenaje a las mujeres a través del agua, en la jornada de apertura del Mercat de Música Viva de Vic

La pianista Clara Peya, que abre el Mercat de Música Viva de Vic, junto a un grafiti cercano a su casa.

La pianista Clara Peya, que abre el Mercat de Música Viva de Vic, junto a un grafiti cercano a su casa. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Recién llegada de la Fira de Tàrrega, donde ha presentado 'Limbo' con la compañía Les Impuxibles, que pilota junto a su hermana Ariadna, Clara Peya vuelve a volcarse en su mundo de músicas con su actuación, este miércoles, en la jornada de apertura del Mercat de Música Viva de Vic (Auditori Atlàntida, 16.00 horas). Preestrenará su nuevo disco, ‘Oceanes’, que ya ha grabado aunque no saldrá hasta enero.

¿'Oceanes' es el femenino de 'oceans'? Sí, el femenino plural genérico. El disco es un homenaje a las mujeres a través del agua. Yo soy feminista, supongo que eso es sabido, y aquí me he fijado en las oceánidas, ninfas de la mitología griega, hijas de Océano y Tetis. Las transformo en ‘oceanes’ y representan las mujeres de mi vida.

¿Personas concretas? Sí, aunque no se sabrá quiénes son porque las llevo a la mitología. Son mujeres que me han inspirado. Bajo el agua, el espacio sonoro es otro, hay esa inmensidad y esa amplitud, y aquí me acerco al concepto de los nórdicos: músicos como Ólafur Arnalds, que trabaja con espacios sonoros alrededor de la soledad. Como soy hiperactiva, jugar con el espacio y la tranquilidad me interesa mucho.

Parece que su música va más allá de la música. Para mí es imprescindible que haya un concepto detrás de un disco. El océano, el mar, me fascina: es curativo y muy inspirador. Pensar que no somos nada ahí. En el disco vas pasando de una ‘oceana’ a otra sin detenerte en ellas, pero en un entorno, el agua, que es un todo, algo indivisible. ¿Sabe cuando unas gotas caen por un espejo y se juntan con su reflejo y se hacen más grandes? La sensación de que cada persona es única pero que somos lo mismo. Si, es un poco filosófico.

Es como si mirara la realidad a través de un cristal trascendente. ¿Todas las cosas tienen que ser símbolo o metáfora de algo? Sí, absolutamente, es así. Diría que tengo la intensidad de diez personas juntas. Para lo bueno y para lo malo. ¡Es horroroso! Ojalá no fuese tan intensa. Cuesta mucho de gestionar. Canalizo las emociones a través del piano. 

¿Toca mucho? No, no. Antes sí. Pero ahora no puedo tocar por placer. Tengo demasiado trabajo. El momento de tocar por placer es cuando aún se está montando el escenario en el teatro y yo estoy ahí con el piano en la sala vacía, con mucho eco. Es una sensación brutal.

Antes decía que es feminista. ¿Ve su música como una expresión política? Yo antes era muy activista, y sigo siéndolo, pero he entendido que no puedo hacerlo todo y que puedo serlo a través de la poética de la música. En mi música hay una representación de la mujer, algo que se ha hecho muy poco. ¡Todo son chicos en este mundo!

¿En el mundo de la música? ¡En todo! Incluso en la danza hay más coreógrafos hombres. Y hay mucha mujer creadora, siempre la ha habido, aunque lo haya vivido en el anonimato. Hay una parte importante de mí que es visibilizar, decir que estamos aquí.

Lo hace a través del lenguaje musical, no con canciones protesta. En este disco hay una canción protesta, es un hip-hop. Una canción feminista, habla de la mujer desde un punto poético. Pero en general no es mi medio, que es ser activista a través de la música. Por ejemplo, haciendo canciones en las que canto a otra mujer. 

Un diálogo que no abunda en la tradición de la canción. En absoluto. Y creo que eso es algo que deberíamos hacer todas las personas: simplemente ser como somos. Es tan obvio... Yo me veo en la responsabilidad de abrir ese camino.

'Oceanes' será su séptimo disco. Da la sensación de que ha habido muchos años de trabajo sordo a sus espaldas. ¿Siente que ya tiene un reconocimiento? Cada vez hago más las cosas que quiero hacer. Hay personas que llegan adonde quieren porque tienen un don, y yo he sido una hormiga. Lo que más valoro de mí es lo honesta que haya podido ser conmigo misma. He hecho un trabajo de transparencia, yo soy así, y a partir de ahí es cuando han comenzado a funcionar las cosas. 

¿Hubo un momento preciso? Mi cambio profundo está en 'Espiral' (2014), pero es una evolución. Este año he cumplido 30, y cada vez me siento más segura, ya no como pianista sino como persona. Tengo cosas que decir y muchas ganas de decirlas, y no desde el lugar del "qué bien lo hago" sino del lugar en el que amo lo que hago.