ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

Shane Black: "Nunca creí que volvería de la tumba"

El afamado guionista estrena su tercera película como director, la hilarante comedia negra 'Dos buenos tipos'

Rodaje 'Dos buenos tipos'

Rodaje 'Dos buenos tipos' / periodico

NANDO SALVÀ

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Entre mediados de los 80 y mediados de los 90, mientras escribía películas como 'Arma letal' (1987), 'El último Boy Scout' (1991) o 'El último gran héroe' (1993), Shane Black se convirtió en el gran referente de un cine de acción basado en la mezcla de cinismo, explosiones, testosterona a paletadas y mucho humor negro. Pero el fracaso de 'Memoria letal' (1995), que lo había convertido en el guionista mejor pagado del mundo, lo condenó a un ostracismo aderezado de alcohol y otras sustancias. Regresó a Hollywood por la puerta pequeña dirigiendo el 'neonoir' 'Kiss Kiss Bang Bang' (2005), y gracias a 'Iron Man 3' volvió a la cima. Hoy estrena en España su tercera película tras la cámara, 'Dos buenos tipos', hilarante comedia negra ambientada en los 70 sobre una estrella del porno, una conspiración criminal y dos ineptos detectives encarnados por Ryan Gosling y Russell Crowe.

Escribió el guión de 'Dos buenos tipos' en 2001. ¿Por qué ha tardado tanto en rodarlo? Nadie quería filmarlo. Luego intenté convertirlo en una teleserie, pero todas las cadenas lo rechazaron; las alusiones al porno les resultaron ofensivas. Y muchos años después, de repente, Ryan Gosling se interesó por él. Me dijo que le apetecía trabajar con Russell Crowe, así que le llamé. A Russell le apetecía trabajar con Ryan. Listo. En 72 horas, un proyecto que había estado criando polvo durante 13 años empezó a cobrar vida. Hollywood es un lugar de locos.

{"zeta-legacy-video":{"videoId":"1461373"}}¿De dónde proviene su interés en la industria del porno de los años 70? Lo cierto es que hace tiempo que no veo porno. Pero si ambientas un relato 'noir' en Hollywood en los 70, el submundo del porno es un elemento idóneo. Además, tenía algo de contracultural, de reflejo de lo exuberante y turbulenta y sexualmente liberada que era la época. Luego, en los 80, todo se volvió muy puritano y así ha sido desde entonces.

Dos buenos tipos se parece a 'Kiss Kiss Bang Bang'. Ambas son historias de detectives con mujeres desaparecidas y mucho humor. ¿Es consciente de repetirse? Sí, y ambas deconstruyen algunos de los elementos más icónicos del género detectivesco. No puedo evitarlo, soy adicto a estas historias. Me he pasado la vida leyendo novelas de detectives. Tengo la casa llena de esos libros baratos que se publicaban entre los 50 y los 70, con esas portadas horteras de chicas sentadas sobre un escritorio a contraluz, blandiendo una pistola humeante.

Seguro que los detectives de esos libros no son tan incompetentes como los de 'Dos buenos tipos'… Me gustan los héroes defectuosos, los caballeros de armadura abollada. Quiero creer que a todos nos llegan momentos en esta vida en los que somos capaces de demostrarnos que somos mejores de lo que pensábamos. Puede que sean momentos efímeros y luego vuelvas a ser un idiota, pero hacen que te sientas bien. Es una sensación que he tenido a menudo en mi vida y mi carrera.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Shane Black","position":null,"text":"\"Escribir es un proceso deprimente. Muy solitario. Ser solo guionista hac\u00eda que me sintiera oprimido\""}}Hace dos décadas usted pasó de ser venerado por Hollywood a ser un apestado. ¿Cómo recuerda aquello? Gané mucho dinero muy rápido y generé muchas envidias. La gente asumió que me pasaba el día rodeado de prostitutas esnifando cocaína. Por otra parte, es cierto que mi conducta dejó mucho que desear. Podría haber seguido escribiendo guiones como 'Arma letal', pero decidí demostrarles que era capaz de más. Me propuse escribir una comedia romántica. No fui capaz. Al final me salió 'Kiss Kiss Bang Bang', que era mitad comedia romántica mitad cine negro.

Tras 'Kiss Kiss Bang Bang' llegó 'Iron Man 3'. ¿Le planteó algún conflicto moral convertirse en director de blockbusters? No, porque 'Iron Man 3' salvó mi carrera. Por supuesto tuve que comerme mi arrogancia y mi orgullo. Por ejemplo, yo quería que el villano de la película fuera una mujer pero no me dejaron porque los personajes femeninos venden menos juguetes. Pero esa película me devolvió a la primera línea de Hollywood. Recuerdo cómo, el fin de semana de su estreno, los datos estimados de taquilla iban subiendo sin parar y yo pensaba: “Dios mío, no puedo creerlo: he vuelto”.

Señor Black, ¿se considera un superviviente? Sí. Mi carrera estaba muerta y enterrada, y nunca creí que volvería de la tumba. Pensé que, como muchos de los guionistas de mi quinta, desaparecería del mapa sin que eso le importara a nadie. Pero logré dejar el alcohol y superé mis depresiones y hoy, tras 30 años, aquí sigo. Soy afortunado.

¿Diría que su decisión de empezar a dirigir contribuyó a su redención? Es probable, porque escribir es un proceso deprimente. Muy solitario. Además, En cuanto has acabado el guión, alguien te dice: “Haremos una película magnífica”, y te lo arrebatan para que otro lo dirija. Ser solo guionista hacía que me sintiera oprimido.