Discreto 'Simon Boccanegra' en el Liceu

El debut de Josep Bros como Gabriele Adorno y un sólido Àngel Òdena destacan dentro de un irregular reparto encabezado por Leo Nucci

Àngel Òdena y el coro del Liceu, en un momento de la representación de 'Simon Boccanegra' en el Liceu.

Àngel Òdena y el coro del Liceu, en un momento de la representación de 'Simon Boccanegra' en el Liceu. / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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No fue una velada para tirar cohetes, aunque circunstancias como la del inesperado debut de un generoso y comprometido Josep Bros en el rol de Gabriele Adorno, sustituyendo a última hora a Fabio Sartori, ayudaran a mantener el interés de la propuesta. El discreto e irregular reparto de esta reposición de ‘Simon Boccanegra’, producción estrenada en el Liceu la temporada 2008-2009, fue la causa principal de que el calor ambiental de la sala no tuviera la vibración de otras ocasiones, aunque los participantes en el montaje recibieran algo más de cinco minutos de aplausos.

A la espera de que el 23 de abril Plácido Domingo se haga cargo del rol de protagonista de la función, otro ilustre septuagenario, Leo Nucci, asumió con oficio y solvencia canora, dentro de sus limitaciones, la responsabilidad de dar vida y carácter al dux de Génova en esta trama de luchas por el poder e intrigas amorosas. El barítono mantuvo el tipo de su extenuante papel hasta el final, aunque su actuación se resintió a causa de una cierta falta de expresividad. Este hecho dificultó tanto el dibujo del rudo corsario y héroe popular como el del tolerante hombre de estado que intenta unir a facciones rivales o el del amante padre. Pero mereció las aclamaciones finales por su ejercicio de estilo.

El montaje sobrio, acristalado y abstracto de José Luis Gómez, muy esencialista y bastante oscuro salvo en escenas como la del ‘Consiglio’ o en la del conseguido final de la muerte de Boccanegra, circula con notable frialdad. En este marco se desarrolla la historia que resalta la soledad del poder del dux y el papel vertebrador de Maria/Amelia, su recuperada hija. Ella está enamorada de Gabriele, pero es deseada por el intrigante y ambicioso Paolo (sólido y carismático Àngel Òdena). Una desdibujada Barbara Frittoli mostró dificultades en el inicio para ir mejorando, pero sin llegar a convencer plenamente, en la misma medida que el personaje crece dentro de la trama.

BRAVOS PARA JOSEP BROS

Bros defendió con coraje la difícil papeleta de su debut como Adorno, un rol verdiano que se las trae, sobre todo para quien viene de su larga experiencia en el bel canto, el repertorio francés y con solo algunas incursiones en Verdi. Su timbre limpio y la calidad de su fraseo hicieron que su actuación fuera más que positiva. De hecho, después de interpretar el aria ‘O inferno!... Cielo pietoso rendila’, el público le regaló algunos bravos y compartió ovaciones finales con Odena.

El bajo Vitalij Kowaljow (Jacopo Fiesco) exhibió fuerza y nobleza en su papel de aristócrata, y Damián Castillo y Francisco Vas completaron el elenco. El coro brilló especialmente en esta producción, tanto por sus prestaciones en los momentos culminantes de la obra como por sus bien coordinados movimientos. La orquesta, dirigida por Massimo Zanetti, tuvo un comportamiento tan irregular como el del reparto, aunque la belleza de la partitura de Verdi ayudó a superar los momentos de dificultad.