Víctor del Árbol y Lluís Foix, dos premios mirando al pasado

El escritor de novela negra y el periodista reciben los premios Nadal y Josep Pla

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ERNEST ALÓS / BARCELONA

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El pasado puede ser material de suspense o de memoria. Es es el uso que hacen de él, respectivamente, los ganadores del premio Nadal de este año, el autor de novela negra con gran éxito en Francia Víctor del Árbol, con 'La víspera de casi todo', y del premio Josep Pla, el veterano periodista Lluís Foix, con la segunda parte de sus memorias, 'Aquella porta giratòria'.

El Nadal, el histórico galardón literario que inauguró en 1944 Carmen Laforet con 'Nada', ha distinguido en alguna ocasión novelas negras ('El alquimista impaciente' de Lorenzo Silva) o novelas ajenas al género de autores bregados en él ('Donde nadie te encuentre', de Alicia Giménez Bartlett). Este año el premio se queda entre una cosa y la otra: un autor de novelas que no acaban de ser negras con una que no deja de serlo.

La novela de Del Árbol, un ex 'mosso' que se tomó la excedencia del cuerpo, está protagonizada por Germinal Ibarra y Eva Mahler, dos personas ancladas a su pasado que acaban llegando a la Costa de la Muerte, donde se encuentran con un grupo de personajes que "igual que ellos, viven atrapados en el abismo de un ayer turbulento".

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"V\u00edctor del \u00c1rbol","position":"PREMIO NADAL","text":"\"'La v\u00edspera de casi todo' es como cuando el aire se carga de electricidad antes de la tormenta y est\u00e1n \u00f1en un p\u00e1ramo donde no hay donde escapar\""}}

Como en todas sus novelas, la búsqueda en el pasado de los personajes tiene elementos de misterio, suspense y 'thriller' pero no necesariamente de novela negra, y mucho menos policial. "En mis novelas no hay policías", recordaba en una entrevista a este diario en el 2013. Lo que sí hay es incursiones en la psicología de los personajes y una voluntad de forjar frases y sentencias contundentes con una prosa que a veces recuerda más a la de Carlos Ruiz Zafón que al 'thriller'.

El Nadal se presenta a Del Árbol como una oportunidad para confirmar en España el éxito que ya han tenido sus libros en Francia. Si su tercera novela, 'La tristeza del samurai', ya obtuvo el premio a la mejor novela negra europea de 'Le Point' el 2012, este año ha logrado el gran premio de novela negra de la revista 'Lire' por 'Un millón de gotas'.

LAS MEMORIAS DE LLUÍS FOIX

Hoy en día una puerta giratoria es la vía directa que lleva de un gobierno a los consejos de administración de las empresas. Durante muchos años, era únicamente una puerta como la que da acceso al hotel (antes Ritz, hoy Palace) donde se entrega el premio Josep Pla conjuntamente con el Nadal desde 1968. O como la que (y de aquí viene el título del premio Josep Pla de este año), abría el paso a la histórica redacción de la calle Pelai de 'La Vanguardia' donde el periodista Lluís Foix (Rocafort de Vallbona, 1943) ha desarrollado toda su carrera periodística.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Llu\u00eds Foix","position":"PREMI JOSEP PLA","text":"\"Es un homenaje a periodistas de raza que hac\u00eda algo que hoy se ha perdido: hablaban mucho, beb\u00edan mucho y criticaban mucho\""}}

EL PRIMER VOLUMEN

Hace tres años, Foix publicó sus memorias de infancia y juventud, 'La marinada sempre arriba'. Un libro de raigambre planiana, tanto por la calidad de la prosa como por el punto de vista del narrador, la mirada de un corresponsal viajado sobre un mundo rural, en su caso la Vall del Riu Corb, unas tierras de secano a caballo entre el Anoia y la Segarra.

'La marinada sempre arriba' recuperaba, para provecho tanto de quienes recordaban esas tiempos como de quienes necesitan descubrirlos a través de la lectura, los tiempos de escasez, represión, miseria pero también de esfuerzo, austeridad y contacto con la naturaleza y las tradiciones de los años 40 y 50, tanto en un ambiente rural como en la Barcelona a donde llegó con 16 años.

La continuación de ese primer volumen era un proyecto con rondaba las mesas de la editorial Columna con dificultades para darle salida por la extensión que un autor animado por las buenas críticas y una recepción del público superior a la prevista inicialmente le dio a la redacción de sus extensísimas experiencias profesionales. El Josep Pla ha sido finalmente la puerta adecuada para hacerlas llegar a las librerías con el apoyo adecuado (y una apropiada forma de relacionar a Foix con el escritor que da nombre al premio).

AÑOS 70 Y 80

La segunda parte de las memorias de Foix (centrada en los años 70 y 80, es de esperar que haya una tercera) va de su introducción juvenil en 'La Vanguardia' como traductor suplente hasta su paso por la dirección, durante unos pocos meses, en 1983. Según Foix, sus recuerdos homenajean a "periodistas de raza", como Santiago Nadal y Horacio Sáenz Guerrero -"hacían algo que hoy se ha perdido; hablaban mucho, bebían mucho y criticaban mucho"- y son un retrato del diario 'La Vanguardia'. Son, además, una crónica de su actividad como corresponsal en Londres y Washington y de enviado especial a lugares como Afganistán o a Buenos Aires durante la guerra de las Malvinas.