Vila-Matas percibe el futuro como "un coro trágico"

Enrique Vila-Matas no decepcionó con su discurso de recepción del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances  Premio FIL de Literatura en Lenguas Romancesen un acto que sirvió de inauguración el sábado de la  Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Fue brillante, conmovedor a su manera, y, como no podía ser de otra forma tratándose del escritor barcelonés, divertido. El tema del texto fue el futuro, que tiene según el escritor la cualidad de lo que llega de improviso, de lo raro, es decir, de lo genuinamente vila-matiano. Y así empezó definiéndose: “He venido trabajando estos años, trabajando en libros difíciles que llevaba lo más lejos posible, hasta sus límites; libros que, al publicarlos, se convertían en callejones sin salida, porque no se veía qué podía hacer ya después de ellos. Pero yo esto lo hacía de un modo consciente, porque era a ese punto al que yo quería llegar”. Para alcanzar una certeza: “Los callejones sin salida han sido el motor central de mi obra”.

Hubo un recuerdo para el amigo, Roberto Bolaño, que también sabía que las novelas del futuro no pueden seguir sosteniéndose tan solo por el argumento. Y una reivindicación de las obras imperfectas como ‘Bouvard y Pecuchet’ o el ‘Finnegans Wake',  unida a la desoladora sensación de que la “industria editorial está erradicando de la literatura todo aquello que nos quiere hacer creer que es demasiado pesado, que va demasiado cargado de sentido”, en un mundo en el que quienes leen “son una pavorosa minoría”.

Vila-Matas se considera superviviente de una especie de extinción: “tipos complicados, gente de un coraje tan antiguo como el coraje mismo, gente zumbada; trastornada si ustedes quieren; gente esencialmente obsesiva, fascinantemente obsesiva”.

La ceremonia de apertura, que inauguró Raúl Padilla presidente de la FIL, tuvo un recuerdo para las víctimas de los recientes atentados de París y en la misma línea finalizó el discurso del autor de 'Bartleby y compañía' quien evocó a un joven sobreviviente de los atentados de 'Charlie Hebdo', a los emigrantes de la guerra de Siria y a los supervivientes de Chernóbil reflejados por la premio Nobel, Svetlana Alexeivich. Todos ellos, según Vila-Matas, se adaptan a una nueva realidad, “una realidad que ya ha sucedido, pero que aún no se percibe del todo […]  el gran coro trágico del futuro”.