LA 60ª EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE VALLADOLID
El cine iraní llega a la Seminci con crítica y autocensura
Ida Panahandeh, directora de 'Nahid', sorprende con sus declaraciones
Debe de ser muy difícil ser mujer y hacer cine en Irán. Y todavía más ir por el mundo con una película bajo el brazo que pone de manifiesto la discriminación social a la que se ve sometido el género femenino en un ambiente dominado por la autoridad patriarcal y por la censura religiosa. Ida Panahandeh es una joven valiente por haber conseguido sacar adelante Nahid, la película que, tras pasar por la sección Una cierta mirada en Cannes, se presenta en la Sección Oficial del Festival de Valladolid y que nos introduce en el calvario de una mujer separada que no puede reconstruir de nuevo su vida sentimental junto a otro hombre porque tendría que renunciar a la custodia de su hijo.
Nahid no tiene derechos. Se encuentra supeditada a las decisiones de un exmarido drogadicto y a las presiones de una familia que no acepta la posibilidad de que pueda seguir adelante. Nahid no es libre. E Ida Panahandeh, por desgracia, nos tememos que tampoco lo es. Al menos esa es la sensación que ha dado después de comparecer ante los medios en la Seminci y de conceder una entrevista para EL PERIÓDICO donde se ha negado a reconocer que en su país exista la censura: «Se piensa que hay censura en Irán, pero en realidad existe en todos los países. Lo que pasa es que se disfraza de una manera diferente».
PALABRAS MEDIDAS
Todas las líneas de su discurso parecían enfocadas para eludir cualquier tipo de valoración en torno al régimen de su país y a las medidas que coartan la libertad de expresión y que han causado la condena de cineastas como Jafar Panahi. «Lo que hay que hacer es no mostrar ningún tipo de doble intención, sino retratar las cosas con transparencia. No hay necesidad de agravar o empeorar los problemas», sostiene la directora iraní.
Quizás su película Nahid Nahidsea una forma de rebelarse contra las ataduras del sistema y hablar de temas importantes que han de tratarse con suma delicadeza para no levantar suspicacias. Algo que, al fin y al cabo, llevan haciendo la mayor parte de los cineastas iranís partiendo del propio Abbas Kiarostami, cuyas obras siempre han estado marcadas por una crítica soterrada aunque fuera a partir de temas aparentemente banales.
Para Ida Panahandeh «la belleza del arte es precisamente introducirse en otra cultura sin necesidad de explicaciones». A nosotros nos hubiera gustado que en sus palabras subyaciera algún tipo de mensaje subrepticio sobre su opinión personal acerca de esa cultura a la que pertenece, y de ese país en el que vive. No ha podido ser, y en cierta forma, esa autorrepresión resulta más reveladora después de contemplar ese poso liberador que en el fondo contiene su película.
- El ‘Joker’ se inmola en Venecia: Joaquin Phoenix y Lady Gaga protagonizan un musical que no tiene adónde ir
- Almodóvar toca el cielo en la Mostra de Venecia
- El 47': 'Un autobús ya no, pero igual Torre Baró tendría que secuestrar a un gran tenedor de pisos, a una doctora, a una profesora
- La saga 'Blackwater' se encamina a los 500.000 ejemplares vendidos sin síntomas de perder fuelle
- Estas son las obras de teatro que no hay que perderse en Barcelona este otoño
- Palomo Spain deslumbra en la Semana de la Moda de Nueva York
- Aventura sale en volandas del Palau Sant Jordi como profeta de la bachata
- Focus inicia temporada a lomos del récord absoluto del curso pasado: 471.000 espectadores