Sitges corona a 'The invitation'

El jurado otorga el gran premio al tenso 'thriller' psicológico 'indie' dirigido por la estadounidense Karyn Kusama

Sitges corona 'The invitation'

Sitges corona 'The invitation' / periodico

JULIÁN GARCÍA / SITGES

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Hacía días que había un runrún en Sitges acerca de The invitation, un tenso y perturbador thriller psicológico indie que la directora norteamericana Karyn Kusama orquesta a partir de la reunión de un grupo de viejos amigos. Al final, el rumor acabó tomando forma y The invitation se alzó con el premio a la mejor película en la 48ª edición del festival. Además del estimable filme de Kusama, los otros dos grandes triunfadores del certamen fueron The final girls, el original juego metaficcional de Todd Strauss-Schulson (premio especial del jurado y mejor guion), y Bone Tomahawk, el impactante wéstern de terror de S. Craig Zahler (mejor director y premio de la crítica).

The invitation es un híbrido entre drama familiar y thriller psicológico que toma como punto de partida una velada entre amigos. Dos de ellos estuvieron casados, pero su vida en común se vino abajo cuando el hijo pequeño murió en un accidente. A partir de la idea del dolor traumático y de la necesidad de superarlo, Kusama (Aeon Flux, Jennifer's body) compone un sólido entramado de atmósfera tensa y afilada en un espacio cerrado, con el mundo de las sectas al fondo. ¿La mejor película de Sitges-2015? Seguramente no, y más en una edición con una potente sección oficial a competición compuesta por la friolera de 37 películas, pero sí una respetable ganadora del premio principal. Nada que oponer, tampoco, a los galardones para The final girls Bone Tomahawk. Sí echaremos en falta, y mucho, la presencia en el palmarés de magníficas películas como The green room (flagrante, tristísima ausencia), Macbeth, Frankenstein o Victoria, que se fueron de Sitges de vacío.

Factura exquisita

«The invitation es una de las pocas películas que nos ha enganchado a todos los miembros del jurado. Quizá no era la gran favorita para nadie, pero estaba en el top 3 de todos nosotros.Una película de factura exquisita, muy bien dirigida, con muy pocos elementos, pero muy bien jugados», comentó el actor Carlos Areces, miembro del jurado, para justificar su decisión. El resto del tribunal lo componían el director Javier Ruiz Caldera, la ensayista y editora Kier-la Janisse, y los productores Jarod Neece y Fernando Ronchese.

Del resto de premios, destacan el de mejor actor para Joel Edgerton por su trabajo en The gift, dirigida y escrita por él mismo; y el (muy inesperado) de mejor actriz para la jovencísima Pili Groyne (12 años) por su actuación en la excéntrica comedia metafísica El nuevo nuevo testamento, de Jaco van Dormael, filme que fue reconocido también con el Méliès de Plata como mejor película europea. La hiperactiva Turbo kid, de Anouk Whissell, François Simard y Yoann-Karl Whissell, un jubiloso homenaje al cine de los 80 con bicicletas BMX y estética postapocalíptica, se llevó dos merecidas medallas: el premio del jurado Carnet Jove y el de la mejor banda sonora.

Festival inabarcable

I am a hero, de Shinsuke Sato (mejores efectos especiales y premio del público), Demon, del recientemente fallecido Marcin Wrona (fotografía), The survivalist, de Stephen Fingleton (director novel) y They will all die in space, de Javier Chillón (cortometraje) completaron el palmarés de la sección oficial en una edición notable, heterogénea, como siempre inabarcable, al filo de la desmesura por la enorme cantidad de películas presentadas tanto a concurso como fuera de él. Pero, en fin, así es Sitges, pura pasión cinéfaga para público de mente abierta, dispuesta a disfrutar de cine atrevido, de cine valiente, de cine raro.

Porque al margen de la sección oficial a competición, también se entregaron galardones en la sección Òrbita. La ganadora fue SPL2: A time for consequences, adrenalínico thriller del hongkonés Soi Cheang. El premio a mejor director recayó en John Maclean por su wéstern Slow west, y el especial del jurado en The taking of tiger mountain, de Tsui Hark. Y más premios, muchos más, en secciones paralelas: Lost soul. The doomed journey of Richard Stanley's Island of Dr. Moreau, de David Gregory (mejor documental); Miss Hokusai, de Keiichi Hara (película de animación); Anomalisa, de Charlie Kaufman y Duke Johnson (mejor película en Noves Visions One), Anabel, del crítico de cine Antonio Trashorras (mejor película en Noves Visions Plus)...

Y así podríamos seguir y seguir. «Deberiáis estar orgullosos de tener un festival así en vuestra ciudad, en vuestro país», exclamó el miembro de jurado Jarod Neece. «Yo conozco muchos festivales de todo el mundo y Sitges no es una cita solo local, es la meca del cine fantástico». No lo decía para quedar bien. Sitges, algo siempre fantástico.