Núria: Graham: «Mi vida aún no es tan interesante»

–¿De dónde salen sus ganas de hacer canciones?

-Comencé a los 13 o 14 años por puro amor y no decidí dedicarme a esto. Simplemente ha pasado. Mi padre toca la guitarra, pero en casa no somos freakies de la música...

-Su padre es irlandés.

-Sí, y por ahí me ha llegado mucho folk y música en inglés. Él es un viciado de Led Zeppelin.

-Siendo tan joven, lo corriente es formar un grupo. ¿Le gusta la responsabilidad, tomar decisiones?

-A veces pienso que habría estado bien montar un grupo y despreocuparme un poco, porque asumir el peso yo sola es un poco agobiante. Pero compensa, es divertido. Además, somos una banda, con Jordi Casadesús (La Iaia) y Aleix Bou (Mazoni).

-Se la ha visto en los medios tocando la guitarra acústica, pero 'Bird eyes' es eléctrico, muy elaborado, y más pop que folk. ¿Teníamos una imagen sesgada de usted?

-Comencé con la acústica, pero la eléctrica me da más posibilidades, y aquí hemos dedicado muchas horas a buscar un sonido, jugando con los pedales, buscando un ambiente.

-¿Conoce a grupos como Cocteau Twins o Lush?

-No... Alguien me dijo que mi sonido de guitarra, nada violenta, se parecía a The Durutti Column, no sé...

-¿Cómo es que, viniendo de Vic, de donde ahora salen tantos grupos, se ha trasladado a vivir a Barcelona?

-¡Vuelvo a Vic cada fin de semana! Hay movida allí, gente interesada en la música, es como una familia.

-Canta en primera persona.

-Sí, aunque en algunas piezas hablo de mí y en otras no, y la gente no lo sabrá. La sinceridad me gusta, pero también distorsionar la realidad. Y mi vida aún no es tan interesante...

-"Todo el mundo tiene un lado oscuro y el mío está a punto de empezar», canta. ¿Es una advertencia?

-Lo escribí hace tres años, es la canción más vieja del disco y no sé muy bien a qué me refería. Aún me falta mucho por experimentar.

-¿Le atraen las figuras turbias, malditas, tipo Jim Morrison?

-Son atractivas, aunque no siempre. Pero Billie Holiday sí me ha inspirado: la parte oscura tiene algo bueno cuando se convierte en arte.