Ventura Pons: "Tocamos fondo porque el Estado no cree en la cultura"

A sus casi 70 años, el cineasta catalán Ventura Pons recibirá el premio honorífico de Acadèmia del Cinema Català en los Premis Gaudí que se celebran este domingo. Él soñaba con rodar un filme algún día y la semana próxima inicia el rodaje del número 26, todo un logro.

-¿Qué espera de la gala?-Será una noche muy mágica. La están preparando muy bien y con mucho glamur, pero la realidad del día a día es más bien catastrófica. Supongo que transmitirá muy buen rollo a la gente, pero al día siguiente hay que trabajar y eso está muy difícil. Yo que empecé en el teatro en las trincheras del franquismo y nos espabilábamos con pocos medios... Luego vinieron las vacas gordas, que quizá lo han sido demasiado, después fueron delgadas y ahora son cadavéricas.

-¿Tan mal está el panorama?-Estamos tocando fondo porque vivimos en un Estado que no cree en la cultura, por decirlo de una manera suave. El año pasado Francia dedicó 770 millones al cine. Alemania, más de 500. España, 33. No puede ser. El cine es la ventana de los pueblos y yo cuando me propongo a hacer una película pienso en el mundo. Catalunya es muy pequeña, España, la madre patria, es más grande, pero lamentablemente no está por la cultura catalana porque no la siente como propia. Has de pensar en términos mundiales pero, claro, compites con otros que disponen de dinero no solo para pensar sino para actuar. Aquí te las has de ingeniar de mala manera para llevar tu película adelante, que también tiene su gracia.

-Hablando de ventanas al mundo. Isabel Coixet abre la Berlinale...-Es una mujer que se sabe vender muy bien. Yo no. Bigas Luna, al que tanto añoro, siempre me lo decía.

-¿Qué le parece la cosecha de filmes de este año en los Gaudí?-Es diversa e interesante. Pero me gustaría saber cuánta gente joven con talento no ha podido rodar.

-Pocas candidatas se han visto en cines no independientes.-Es que todo el mundo de la exhibición es yankilandia. Yo crecí y aprendí a amar el cine con la gran tradición narrativa del cine norteamericano y me moriré cagándome en lo que hacen los americanos ahora. Hace tiempo que dejaron de existir los

Mankiewicz y los Minnelli.

-Algo podrá hacer tras lograr reabrir los cines Texas en Gràcia...-¡Pronto llegamos a los 50.000 espectadores! De momento cubrimos gastos y ya recuperaremos la inversión. Reformar estos cines ha sido una de las cosas que más me ha llenado espiritualmente. En unos momentos en los que la gente no va al cine, ver les salir contentos de las salas me encanta. Estas cosas dan una satisfacción moral, ¿se puede decir?

-Supongo.-Siempre he sido positivo. Hay que mirar siempre hacia adelante porque, pase lo que pase, nos hemos de espabilar. Lo he hecho toda la vida, primero haciendo películas y ahora con estos cines. Además, desde hace ya tiempo las cosas en el mundo me van muy bien. Y no por la bandera.

-¿El secreto?

-Lo que hago interesa. En el mundo hay mucha competencia y si no hay verdad en tu trabajo, te quedas en casa.

-¿Cuál es su próximo proyecto?-El miércoles empiezo a rodar El virus de la por, que es la adaptación de El principi d'Arquimedes, una obra de teatro que vi en la Beckett. Escribí el guión con el autor, Josep Maria Miró, y por primera vez utilizaré a todos los protagonistas del montaje en la película. La obra de Miró está siendo un bombazo en todo el mundo. ¿Porqué no explica esto la prensa?

-¿?-Somos un país que, a pesar de todo lo que está ocurriendo, en muchas cosas jugamos en primera división y a veces ni nosotros mismos somos capaces de entenderlo. Y aquí todo el mundo se autoflagela y vienen los de fuera y nos parecen fantásticos porque son de fuera.

-Hay directores formados aquí que también han triunfado en Hollywood como Collet-Serra, J.A. Bayona...-Me parece muy bien pero yo creo en el cine de contenido. Todo el mundo tiene derecho a hacer lo que quiera pero si nos gastamos el dinero en las escuelas de aquí para hacer gente que triunfe allí no lo entiendo.

-Competir en el mercado de las majors no es moco de pavo.-Evidentemente allí hay mucha competencia y destacar tendrá su mérito pero no es el tipo de cine por el que apostamos en Europa. Hemos de defender nuestra cultura. Nuestra diversidad nos enriquece.