CRÓNICA
John Mayall, un blues libre
El músico británico ofreció un vigoroso recital en el Festival del Mil·lenni
Ves a John Mayall en escena, con casi 81 años (los cumplirá el 29 de noviembre) que parecen 61, y le observas manejando ese repertorio cambiante, en el que cada noche recorre y reordena su pasado, y llegas a una conclusión: es esa noción de libertad, la excitación de emocionarse de nuevo cada noche con el blues, lo que le mantiene en tan vigoroso estado. Lo vimos, de nuevo, la noche del martes en el Auditori (Festival del Mil·lenni).
Volvió a cambiar, de arriba a abajo, el repertorio que ofreció el pasado marzo en La Mirona (Salt), abriendo esta vez con Somebody's acting like a child, un guiño a su clásico Blues from Laurel Canyon (1968), que sonó no rejuvenecido, sino más bien eterno en su contagioso trote subrayado por la guitarra de Rocky Athas. El origen geográfico de su actual trío, entre Chicago y Tejas, acaba de situar los parámetros de este fogoso Mayall, decantado por texturas de rhythm'n'blues limítrofes con el rock en Nothing to do with love o Dream about blues, donde Athas hizo pensar en el llorado Stevie Ray Vaughan.
CLÁSICOS REVITALIZADOS / El material que maneja Mayall es vasto, y esta vez seleccionó piezas de Freddie King (You know you love me, donde imprimió su sello con la armónica), J. B. Lenoir (Talk to your daughter) y Louis Jordan (Early in the morning). Pedagogía del blues, ancestros revitalizados y un par de cortes de su reciente A special life antes de un rush final con Chicago line y un único bis con All your love. No, no interpretó Room to move. Seguramente por eso, por no sentirse obligado a tocarla cada noche, luce Mayall tan fresco y lozano.
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