Espíritu de fiesta mayor

FAMILIA GARCIA 3«Hay que reivindicar las cosas con alegría e ilusión, igual que cuando era joven y venía a las Sis hores de Canet », señala Pep.

FAMILIA GARCIA 3«Hay que reivindicar las cosas con alegría e ilusión, igual que cuando era joven y venía a las Sis hores de Canet », señala Pep.

MARTA CERVERA / Canet

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Un público variado y totalmente entregado, independientemente de la edad, disfrutó ayer con la maratoniana fiesta de Canet Rock. Unos iban por la música, otros para vivir el buen rollo de una noche loca como la de sus padres hace casi 40 años con los primeros conciertos en el Pla d'en Sala. Y los más veteranos, que a mediados de los 70 eran jóvenes, aspiraban a rescatar algo de aquella chispa. Han cambiado muchas cosas. Esta vez no se podía acampar, ni entrar comida, aunque a última hora la norma se relajó para facilitar la vida sobre todo a aquellos que habían acudido con niños. Que no eran pocos. A primera hora de la tarde varias familias habían tomado posiciones cerca del escenario. «Ya veremos si aguantamos toda la noche», decía la madre de la familia Sánchez Serra de Arenys de Munt. Iban con dos de sus hijos, Aida y Martí, de 13 y 10 años. Previsores, con esteras de paja cubriendo una zona considerable, las tres hermanas García, procedentes de Barcelona y Corbera, bailaban felices descalzas con sus maridos e hijos al son de Tren de mitjanit, con Pep Sala y Castor en escena. Del grupo, solo Pep, de 53 años, regresaba al descampado de Canet al cabo del tiempo: «Entonces había más rollo político. Yo era progre. Ahora todo gira entorno a la consulta y la libertad para decidir. Es normal». «A mí lo que me sabe mal es que no haya más gente como Marina Rossell y Maria del Mar Bonet. El cartel está descompensado. Dominan los grupos de hoy», decía Dolors Farran, de Agramunt (Lleida), que iba con su cuñado Alfons Amigó y la hija de éste, Ester. Ella y sus dos amigas de 17 años tenían previsto darles esquinazo en cuanto pudieran para vivir la fiesta a su aire. C'est la vie!