CRÓNICA

Vanessa Paradis, elegante y estelar

La artista francesa sedujo en la sala Barts, en el que era su debut en Barcelona

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Gran debut de Vanessa Paradis en Barcelona, el jueves en la sala Barts y por iniciativa de French Bis. 27 años después de convertirse en estrella con Joe le taxi, la cantante (y también conocida actriz y modelo) francesa mostraba por fin su repertorio en la ciudad, en particular el de Love songs (2013), con toda la elegancia e inspiración que podían esperarse de ella.

Paradis subió al escenario mejor que bien acompañada, con una banda liderada (en discreto segundo plano) por el astro galo Benjamin Biolay al piano y otros instrumentos, y músicos del nivel del teclista Reyn

Ouwehand o el guitarrista Philippe Almosnino, quien tocó con Daniel Darc. Al fondo, una pantalla en la que visuales sencillos impulsaban las canciones sin comérselas.

Quien se come el escenario es Paradis. Lección constante de soltura y savoir-être. Bailes elegantes -lejos quedan los días del videoclip de Joe le taxi- y una voz impecable en todo momento, desde el inicio con Tu pars comme on revient, en la que además tocó la armónica, al final afro, en la línea del Paul Simon de Graceland, con Tu vois c'que je vois.

TODO EXQUISITO / Entre medias hubo de todo y todo exquisito. Las canciones de Love songs, en particular, el disco que le ha supervisado Biolay, son hallazgos a reivindicar. Dinámica Mi amor, funk Les espaces & les sentiments, emotiva Le rempart (con Biolay al violín), electrónica y definitiva Love song…

Pero tampoco se pueden desdeñar clásicos del primer disco como Joe le taxi y una Marilyn & John que sonó en una versión al estilo de los mejores Fleetwood Mac; o aquel par de temas (Natural high, Sunday mondays) rescatados del disco homónimo de 1992 en el que Lenny Kravitz le regaló las mejores canciones que ha compuesto nunca. Lástima que no sonara Be my baby, todo sea dicho.

Los seguidores de los tabloides tuvieron material de regocijo con un par de duetos que mostraron la evidente química existente entre Paradis y Biolay. No, ninguno de ellos fue Les roses roses, que comparten enLove songs; los temas que eligieron para cantar juntos fueron Station Quatre-Septembre y un aparente nuevo tema, Pas besoin de permis. ¿Material de un futuro disco de ella o, quizá, de él?

Concierto perfecto, aunque no experiencia perfecta. En los temas más lentos era fácil escuchar la conversación del vecino -menos mal que no hizo la frágil La chanson des vieux cons-,

y el aluvión de pantallas registrando vídeos e imágenes era simplemente abrumador. ¿Era un concierto pop o la alfombra roja de Cannes, o la salida de un juzgado tras un veredicto de los que hacen historia?