Cuenta atrás del festival de músicas avanzadas (y 6)

Una edición entregada al espíritu más vitalista

El Sónar-2014 apuesta por sonidos pop y un sinfín de nuevos nombres

Boys Noize.

Boys Noize.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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Ni un gramo extra de nostalgia y un renovado instinto pop que hará elevarse los corazones. Así podríamos resumir, en pocas palabras, por dónde se mueve el Sónar en su edición del 2014. Pero, por suerte, es un resumen no del todo exitoso, porque como cada año el festival de electrónica y alrededores se niega a ser fácilmente delimitado.

El Sónar es, otra vez, punto de encuentro de lo cerebral y lo hedonista, lo (solo en apariencia) estático y lo bailable, con toda una gama de grises a explorar entre todos esos extremos. Negar su aspecto lúdico es tergiversar la realidad. Tacharlo de simple rave gigante es una locura. Aquí hay de todo y para todos, al menos todos aquellos que sientan un mínimo de curiosidad por cómo respira la música en el 2014.

Este año quizá con especial énfasis, en el Sónar se podrán tararear canciones, muchas canciones. Uno de los conciertos estrella es el espectáculo conjunto de Robyn & Röyksopp, la diva pop sueca y el dúo electrónico noruego (con alma ultrapop). Otra sueca, Lykke Li, presentará I never learn, disco cargado de baladas (a ver cómo caen en Sónar) con estribillos más grandes que la vida; y más o menos a la misma hora, Yelle sacarán su artillería de hits electro-pop para hacer aerobic en la pista. También Caribou (con el inédito, extraordinario álbum Our love), Woodkid, Jessy Lanza, la saltarina MØ y los menos saltarines Majical Cloudz nos recordarán el valor de la melodía.

Desde patrones más rítmicos, una multitud de artistas recordarán que la música de baile sigue siendo un género con salud y futuro: Boys Noize, Brodinski, Gessafelstein, The Martinez Brothers y, desde una órbita cercana al hip- hop, Ryan Hemsworth y nuestro Alizzz son opciones a valorar para el desenfrene. Por otro lado, 2manydjs y James Murphy actuarán cada uno por su cuenta y también juntos en Despacio, soundsystem con la mejor calidad de sonido posible.

POCA NOSTALGIA / No es una edición particularmente tocada por la nostalgia, como corrobora el énfasis especial en nuevas promesas locales -del citado Alizzz al dúo pop Desert, pasando por djs como Pau Roca-, pero también habrá clásicos. Todos ellos, en cualquier caso, con nuevas cosas por contar. Plastikman trae su primer nuevo disco en 11 años, Neneh Cherry el primero en 18; Massive Attack estrenan show; y Chic, cuyo líder Nile Rodgers ha sido rescatado por Daft Punk, publicarán nuevo disco.

No solo de baile vive el hombre; a veces uno busca música que mueva a la concentración profunda. Para ello el Sónar propone nombres como Oneohtrix Point Never, el dub-folk de Forest Swords, la electrónica hiriente de Ben Frost, el paisajismo emocional-cinematográfico de Balago, o dos conciertos creados en colaboración con el festival polaco Unsound: el mano a mano entre el productor Oren Ambarchi y la Sinfonietta de Cracovia y el festín de matices microscópicos de Robert Piotrowicz.