Cuenta atrás del festival de músicas avanzadas (y 6)

Sónar, destino turístico

Preparativos, ayer, del recinto del Sónar de Día en la Fira Montjuïc.

Preparativos, ayer, del recinto del Sónar de Día en la Fira Montjuïc.

NANDO CRUZ

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Tras su edición de vigésimo aniversario, Sónar-2014 inicia hoy una nueva andadura con viejos conocidos y nuevas ambiciones. Entre los viejos conocidos, Chic, Massive Attack, Richie Hawtin, Four Tet, Yelle, Matmos y Buraka Som Sistema. Entre las nuevas ambiciones, la de convertir el apartado Sónar+D en espacio de encuentro para las nuevas tecnologías aplicadas a la creatividad. El Sónar renace este fin de semana como festival bicéfalo en el que convergerán, entre hoy y el sábado, 155 actuaciones musicales (sumando Sónar de Día y Sónar de Noche) y 140 actividades en el área Sónar+D ubicada en el recinto Fira Montjuïc.

Bajo su ya sólida marca como escaparate mundial de las músicas de vanguardia, el Sónar trabaja ahora para consolidarse como laboratorio y ágora de las industrias culturales de nueva generación. Mientras la mayoría de público disfruta de los conciertos (y costea un festival con 6,3 millones de euros de presupuesto), en un plano más discreto se celebran conferencias de periodistas como Simon Reynolds, presentaciones de nuevos aparatos receptores como las gafas Oculus Rift y encuentros con artistas como Richie Hawtin y Daito Manabe para conocer la tecnología que impulsa sus espectáculos, así como mesas redondas, reuniones de trabajo y talleres de todo tipo. Un Silicon Valley de tres días destinado a tender puentes entre creadores, tecnólogos y emprendedores.

UN NUEVO RELATO / En el Sónar solían pasar doce cosas a la vez. A partir de este año se cocerán doce más. No es un plan secreto. Esta semana, su codirector Ricard Robles lanzaba este órdago: «¿Puede un festival contribuir a una imagen de ciudad que necesita una renovación importante, aprovechando la histeria que tenemos como capital turística? Ahora Barcelona se limita a acoger una demanda, pero no está construyendo una oferta. ¿Debe ser la cultura un activo para renovar el relato de la ciudad? ¿Puede ser el Sónar una pieza para una ciudad que quiera ser un laboratorio de creación e innovación y un espacio habitable para artistas que deseen desarrollar aquí su carrera?»

Si décadas atrás el Sónar prestigió socialmente la música electrónica, hoy se plantea convertir la creación de vanguardia en motor de un nuevo modelo de ciudad. Otro modelo turístico, también. «Igual no nos toca meternos en asuntos más propios de clusters empresariales o de la administración, pero queremos indagar y obtener conclusiones en un par de años», avanza Robles. Se refiere a las encuestas que encarga el festival. Por ahora, saben que «más del 40% de público de Sónar trabaja o estudia en el sector cultural», que «el 53% viene del extranjero» y que «el 70% tiene entre 26 y 34 años». En los últimos cinco años, el Sónar ha rebajado la media de edad del público.

Sí, el festival lanza un discurso propio de Conselleria de Cultura. De hecho, hace años que Sónar es tan venerado por las instituciones que sus intuiciones son recibidas como maná estratégico. Es más, el discurso del festival, proponiendo pasar de la Barcelona de «playa, sol y cerveza» a la Barcelona «capital de la cultura tecnológica», suena tan político que se diría que el Sónar ya ejerce como Conselleria de Cultura en la sombra.

La gran duda es cómo un inmenso evento de tres días, más allá de postularse como escaparate, laboratorio y meeting point paralelo al día a día de la ciudad, puede reforzar su sustrato cultural. Mientras se despeja una incógnita que lleva implicita la apuesta por un modelo u otro de cultura, Sónar da cancha al frágil tejido local programando a los responsables de Discos Paradiso (heroica tienda de vinilos de la calle Ferlandina), cediendo un horario destacado a artistas locales como Desert, Alizzz y Downliners Sekt y reivindicando la labor semanal de disyoqueis como Pau Roca, de la sala Be Cool.

Y 310 DISYOQUEIS MÁS / Por ahora, los únicos indicios claros de que Sónar genera actividad fuera de sus dominios siguen siendo las sesiones que se celebran estos días en la ciudad. Hoy mismo, según recoge el portal Clubbing Spain, 46 locales programan electrónica. Del Nitsa al Merbeyé, del Parc del Fòrum al Poble Espanyol, de El Prat del Llobregat a Sant Adrià del Besós. Entre todos, suman 310 disyoqueis; el doble de artistas que actuarán en el Sónar. ¡Solo hoy! Eso sí, en solo 15 días Barcelona volverá a ser una ciudad normalita en el mapamundi de la electrónica.