CRÓNICA

Sanjosex, Catalunya optimista

El grupo de Carles Sanjosé estrenó el vitalista 'Festival' en el Strenes de Girona

Carles Sanjosé (izquierda), acompañado de Pep Mula (en el centro) y Xarim Aresté, el domingo en Girona.

Carles Sanjosé (izquierda), acompañado de Pep Mula (en el centro) y Xarim Aresté, el domingo en Girona.

JORDI BIANCIOTTO
GIRONA

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Carles Sanjosé ha colocado  a su nuevo disco un título eufórico, Festival, y lo ha llenado con 12 canciones que celebran la vida e invitan a devorarla; una osadía, casi una provocación en estos tiempos propensos al bajón anímico, y todo ello sin parecer ni un frívolo ni un bobo. La vitalidad más sólida es la que conoce el lado oscuro y lo trasciende y lo burla, y el cantante y guitarrista de La Bisbal, después de aquella parada y fonda metafísica que fue Al marge d'un camí (2010), contagia ahora un apetito aún más irrefrenable que en los días de su primer disco, Viva!

Canciones que, en lugar de recrear «cómo te quedas en la habitación oyendo la lluvia», te empujan a «salir a la calle a comprar chanclas», explicó Sanjosex el domingo en el teatro Municipal de Girona, a su paso por el festival Strenes. La cosecha de Festival, disco que sale hoy, nos animó a todos a darnos y a abrirnos («si llegeixo, i no penso, no penso, llavors no existeixo», cantó contra el ensimismamiento intelectual en Llegeixo), a celebrar las sobremesas con los amigos (El plat a taula) y entender la felicidad como una cuestión de actitud. «M'agrada com et mous / i si no et mous també m'agrada» (M'agraden els colors).

ROCK EN EXPANSIÓN / Sanjosex ha subido el tempo en este nuevo repertorio y extremado la crudeza de las guitarras, producción de Quimi Portet mediante, pero su noción del rock no es lineal, sino voluptuosa y promiscua, y hace buenas migas con el blues africano (la introducción de Tastant la solitud viene de una canción tradicional malinesa), el aleteo rumbero (Per ser feliç) y la elasticidad funky (Fem música). Y hablando del sonido, conviene resaltar las virtudes de la banda, con la guitarra airada, stoniana, de Xarim Aresté, ecualizada con generosidad en Girona, el groove carnoso que aportó el tándem formado por Miquel Sospedra (bajo) y Pep Mula (batería) y la última incorporación, los teclados de Eduard Font (Glaucs, Sopa de Cabra).

Sanjosex abrió espacios más reposados con las pretéritas Corriol y Futur incert, aunque el ritmo lo marcó el material más espontáneo, tanto el nuevo (piezas cortas y directas como Festival Tom i Jerry) como los rescates de Et menjaria a petons, Puta y Quatre pensaments. La banda, echando humo y, en los bises, un fundido por partes (Fem l'amor, Temps o rellotgeAnimal salvatge) que concluyó con una pieza nueva discordante: El factor x, dedicada «a los que se han ido» y con coros místicos. El Festival de Sanjosex también pasa por aquí.