PARTIDO, CENA Y BAILE EN EL CLUB CARPE DIEM

La diva quiso ver el clásico

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¿Quién habría dicho que entre las miles de personas que se atrincheraron, la noche del domingo, en bares o restaurantes con pantalla gigante de Barcelona para sufrir el Real Madrid-Barça figuraría la mismísima Beyoncé? Solo que la diva no eligió un bar abarrotado, sino que se hizo con un reservado de un restaurante club de moda del paseo Marítim, el Carpe Diem Loung Club (CDLC), para ver el derbi a lo grande. Y de paso remató la velada con cena y varias horas de baile y risas entre amigos.

La cantante, que se aloja en el Hotel Arts -a pocos metros del local- apareció rodeada por su equipo de seguridad, que no la abandonó ni para ir al baño y custodió como si se tratara del Papa la zona donde se instaló con su marido, el rapero Jay Z. Les acompañaban un reducido grupo de amigos y algunos bailarines del show Les Twins.

Ocuparon un espacio que permite su uso privado conocido como Morocco, protegido por una amplia cortina negra y se instalaron cómodamente a ver el partido a través de un gran proyector. Si la artista no es culé, esa noche lo fue, porque el grupo celebró los goles de los azulgrana con entusiasmo, mientras iban devorando un ágape compuesto por platos variados que iban del sushi a las hamburguesas, pasando por diversas tapas para compartir y un amplio repertorio de cócteles.

Beyoncé no iba vestida de fiesta, ya que lucía ropa informal y sin taconazos, pero sucumbió a una noche de marcha. La celebración que monta el club cada domingo, de sonido r&b, le vino como anillo al dedo al grupo. Entre la música negra que escucharon hasta las tres de la mañana no faltaron varios hits de la pareja, aunque la concurrencia no pudo disfrutar de los contoneos de su potente cadera, blindados por la cortina...

Tampoco hubo forma humana de que se prestasen a una sola foto, al contrario que en otra visita al mismo local, en el 2009, cuando sí llegaron a la barra y algunos la cazaron con el móvil. PATRICIA CASTÁN