EL LIBRO DE LA SEMANA

Marlowe resucitado

John Banville trama bajo su seudónimo 'noir' un magnífico 'thriller'

Raymond Chandler, homenajeado por Benjamin Black.

Raymond Chandler, homenajeado por Benjamin Black.

RAMON VENTURA

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La rubia de ojos negros es una de las más originales experiencias literarias de estos últimos años, una novela detectivesca de primera calidad, fresca, de diálogos corrosivos y absolutamente satisfactoria. Un thriller magnífico del novelista irlandés Benjamin Black (seudónimo noir del literato John Banville, Wexford, 1945) y un homenaje a uno de los grandes escritores de todos los tiempos, el norteamericano Raymond Chandler (Chicago, 1888 - California,1959) y a su personaje estrella: Marlowe, un detective muy privado. Algunos críticos han acusado a Benjamin Black de canibalismo, de simplemente apropiarse de un mito del relato policiaco como Marlowe. Lo cierto es que el novelista irlandés no se apropia solo del personaje, sino también del título (en el material para futuras aventuras de Marlowe, el escritor norteamericano anotó La rubia de ojos negros como un posible título para nuevos libros) de la atmósfera, del ambiente, de los diálogos cínicos y de las metáforas femeninas.

Ciertamente, aventuras protagonizadas por Marlowe ya las han escrito otros: Robert Parker, Sara Paretsky, Osvaldo Soriano, el conocido Robert Crais e incluso Eric van Lustbader

-el padre literario de Bourne- han realizado versiones y relatos con Marlowe como figura central. Benjamin Black no, él no homenajea: La rubia de ojos negros es un brutal esfuerzo narrativo, un libro hilvanado de cambios sutiles respecto al personaje original, una novela con menos diálogos pero con la misma tensión sensual y escrita, con -en palabras del cineasta David Trueba- un bagaje de «frases impresionistas», «ráfagas de literatura plástica», «atmósfera y talento». Un texto detectivesco de gran aliciente para un novelista que ya tenía su propia serie negra, la del patólogo Quirke. ¿Qué hace Benjamin Black con Marlowe? Simplemente resucitarlo; o experimentar lo que exponía el italiano Marco Vichi (autor de Muerte en Florencia) con estas palabras: «El hecho es que cuando escribo no tengo nunca la sensación de inventar, sino más bien de desenterrar algo que ya existe (...). Los personajes que encuentro no son fruto de mi fantasía, me los encuentro delante y no hay nada que hacer: son ellos quienes me cuentan las historias».

Al margen de pretensiones y envidias, La rubia de ojos negros es una novela clásica, de género, de las que cuanto más profundizas en ellas, más evocan un conjunto de imágenes en blanco y negro, de filmes clásicos y sentimientos que creías olvidados. Una sucesión de escenas visualmente nítidas, descritas con el tono distante del narrador que conoce el desenlace y -como música de fondo- las notas melancólicas de un saxo, solitario, magnífico. Una melodía que despierta necesidades cinematográficas de recuperar El sueño eterno o La dalia azul de la vieja filmoteca.

HUMANOS MEZQUINOS / Thrillers románticos y pesimistas, historias de amor imposibles y una mezquina especie humana; hombres honestos contra auténticos canallas, en pos de la justicia en una sociedad corrompida, de ritmo magnífico y lucha de clases. Todo esto es La rubia de ojos negros: un fiambre que no lo es, una mujer de-sesperada y un investigador cáustico pero de buenas intenciones. Y esto solo es el principio.

3LA RUBIA DE OJOS NEGROS

LA ROSSA DELS ULLS NEGRES

Benjamin Black

Trad.: Nuria Barrios / Eduard Castanyo. Alfaguara / Bromera. 329 / 264 p. 19,50 €