Festival de verano de Barcelona

Recreación de un genocidio

'Hate Radio' muestra en el Lliure cómo se gestó la matanza de tutsis en Ruanda

Realidad estremecedora 8 Un actor, en el estudio de grabación donde transcurre 'Hate Radio'.

Realidad estremecedora 8 Un actor, en el estudio de grabación donde transcurre 'Hate Radio'.

MARTA CERVERA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ruanda era un país tranquilo y próspero hasta que en 1994 la comunidad hutu, mayoritaria, declaró enemigos a los tutsis, una minoría poderosa que representaba el 10% del país. En 100 días exterminaron de la manera más brutal e indiscriminada a cerca de un millón de tutsis y miles de hutus moderados. La masacre fue avivada desde el principio por los comentarios racistas y el posicionamiento en el conflicto de la emisora de radio más popular del país, la Radio Télévision Libre des Mille Collines (RTLM). Su locutora estrella, Valérie Beremiki, cumple actualmente cadena perpetua. A otros compañeros suyos se les ha perdido el rastro.

De todo ello habla Hate Radio, un estremecedor montaje que recala hasta el viernes en el Teatre Lliure de Montjuïc. El premiado autor y director suizo Milo Rau reproduce la cínica orquestación del odio a través de las ondas de RTLM. Su texto se basa en una concienzuda búsqueda en archivos y múltiples entrevistas con personas de todos los bandos, víctimas y verdugos. «Hago un tipo de teatro bastante documental y me interesan los crímenes actuales. Antes de escribir Hate Radio me documenté durante un año y medio sobre lo ocurrido. Para mí es clave entender la atmósfera que rodeó todo aquello», explica Rau en una entrevista telefónica. «No quiero dar lecciones, por eso no dejo que mis sentimientos interfieran en mis obras. Soy muy frío. RTLM era una emisora guay, simpática y así la presento a los espectadores. Que cada uno comprenda y juzgue a su manera. Mi análisis está implícito en la obra pero yo no juzgo lo que pasó», añade el responsable de la compañía International Institute of Political Murder, fundada en el 2007.

Temas humanos

«Me interesan los temas humanos, y las masacres lo son. Lo simple sería decir: 'este es el bueno y este el malo'. Pero no es tan sencillo. El genocidio en Ruanda fue extremadamente descorazonador. Y eso que tras el Holocausto pensamos que no volvería a ocurrir», recuerda.

Tres actores ruandeses (algunos perdieron a miembros de su familia durante el conflicto) y dos actores belgas interpretan la obra en francés y kinyarwanda, con subtítulos en catalán. El escenario reproduce fielmente la emisora, aislada por paredes de cristal, desde donde los locutores intercalaban noticias y canciones pop con diatribas racistas contra los «escarabajos», descalificativo que usaban contra los tutsis. El público podrá seguir la emisión con una radio y unos auriculares.

Hate Radio se realizó en colaboración con el Tribunal Penal Internacional para Ruanda y la Comisión Nacional de lucha contra el Genocidio, entre otros. Se ha interpretado en tres ocasiones en Ruanda. Una de ellas en lo que fue la emisora, hoy convertida en tienda de ordenadores, explica Rau, y otras dos en el mausoleo levantado encima de la fosa común de Kigali, donde fueron enterrados 250.000 víctimas del genocidio. «Aquella experiencia fue muy fuerte y chocante para el público porque muchas de las palabras de la obra como hutu y tutsi están prohibidas allí», dice.

Tras llevar a Moscú una obra que critica los juicios contra las Pussy Riots, su próximo proyecto se centrará en las guerras civiles modernas como la que asuela Siria.