La librería Proa Espais cierra sus puertas

Enciclopèdia Catalana descarta finalmente la opción de trasladar el establecimiento a un local más reducido

Proa Espais, hace unos días, ya con un cartel que informaba de que el local estaba disponible.

Proa Espais, hace unos días, ya con un cartel que informaba de que el local estaba disponible.

ERNEST ALÓS / Barcelona

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Enciclopèdia Catalana ya ha comunicado al personal de la librería de su propiedad,Proa Espais, que el establecimientocerrarápróximamente. Hace unos días, la propiedad de las dos plantas que ocupa la librería en lacalle Rosselló ya colgó un cartel que ponía el recinto en alquiler. Sin embargo, Enciclopèdia Catalana informó de que se estaba planteando la posibilidad de trasladar Proa a una nueva localización, con un alquiler más asumible. Finalmente esta opción se ha descartado.

Según fuentes de Enciclopèdia Catalana, Proa sufrió en el 2012 solo una ligera reducción de su cifra de ventas, pero el problema era lo oneroso del local y de la estructura para mantenerlo en funcionamiento (siete empleados). La librería no ha fidelizado un público suficiente para soportar esta dimensión desde que se trasladó a la calle Rosselló hace solo ocho años, después de que Enciclopèdia abandonase en local que ocupaban originalmente en la calle Diputació tanto las oficinas de la fundación como la librería que dependía de ella.

El cierre de Proa se suma al de otra librería histórica, Catalònia, que en un momento de bajada de ventas no ha podido resistir la competencia de las grandes cadenas que se han expandido en el centro de Barcelona o de las grandes librerías emergentes que han consolidado un prestigio en el sector en las dos últimas décadas (Casa del Libro, FNAC, El Corte Inglés, Abacus, La Central y Laie). 

Otra de las librerías que están en la cuerda floja, a causa en gran parte de la enorme deuda que arrastra debido a varias operaciones fallidas (laRobafaves, deMataró) está en estos momentos cerrada por inventario, como cada año. La gran diferencia en esta ocasión es que en función de los resultados, el cierre provisional pasaría a ser definitivo y Robafaves podría no volver a abrir sus puertas. En cualquier caso, la supervivencia de Robafaves ya solo sería posible si la venta de su actual local, y el paso a un régimen de alquiler, permitiese refinanciar la deuda. En cambio, otra librería histórica del centro de Barcelona, Jaimes,ha conseguido encarrilar su continuidad con un cambio de local del paseo de Gràcia a la calle València.