ESTRENO DE UNA VERSIÓN deL CLÁSICO DE ROSTAND EN LA BIBLIOTECA DE CATALUNYA

De Flotats a Arquillué

'Cyrano' vuelve dirigido por Oriol Broggi, 27años después del mítico montaje

Josep Maria Flotats, en el papel de Cyrano, en la versión mítica.

Josep Maria Flotats, en el papel de Cyrano, en la versión mítica.

JOSÉ CARLOS SORRIBES
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La sombra de Josep Maria Flotats es tan alargada que han tenido que pasar casi 30 años, 27 concretamente, para que un director y un actor se decidieran a recuperar para la cartelera teatral barcelonesa un personaje tan universal como Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand. Oriol Broggi y Pere Arquillué cumplirán hoy en la Biblioteca de Catalunya un sueño de adolescencia. Ambos quedaron maravillados, como jóvenes espectadores, con el montaje de Maurizio Scaparro que reabrió el Poliorama tras una larga reforma. «Esa obra fue una de las razones que me llevaron al mundo del teatro», explica Broggi. Arquillué, mientras, se siente muy orgulloso de coger el lejano testigo de Flotats. «Para mí es un privilegio, porque Josep Maria es un maestro y un amigo».

Cyrano de Bergerac llega a un espacio ideal, según el director, para la historia del héroe romántico y narigudo. «No hay que adaptar la Biblioteca. Solo hacen falta actores que digan el verso con una espada». La nave gótica y su suelo de arena serán, en los diferentes actos de la obra, un teatro, una calle, una pastelería, un callejón y una abadía.

Por esos escenarios se moverá Cyrano, el héroe, el hombre total, capaz tanto en el mundo de las letras como en el campo de batalla. «Es un personaje romántico, un espíritu libre, enamorado de la vida, de Rosaura, de muchas cosas», sostiene Arquillué, quien destaca, sin embargo, que también tiene un lado oscuro. «No es la bondad pura». Esa amargura se refleja en su ridícula nariz, «una metáfora y también una máscara» que ha permitido al actor desarrollar un trabajo «más natural, más de verdad». Arquillué luce un molde adaptado a su nariz con la idea de que el espectador pueda llegar a dudar si es real.

El deforme y puntiagudo órgano, según Xavier Bru de Sala, que vuelve a firmar una traducción en la que ha hecho «pequeños ajustes», remite a la incapacidad del héroe para el amor. «Es algo muy visible como metáfora de un defecto de la naturaleza humana. Cyrano es consecuente y sabe que no tiene derecho a ser amado y a las cosas buenas que le pasan».

GRAN FIESTA TEATRAL / Esa amargura existencial del personaje convive con la «gran fiesta teatral» que Broggi quiere ofrecer, a partir del «movimiento, el verso, la emoción y el juego». En este juego tienen un papel capital los duelos a espada, una constante del texto de Rostand. Broggi, como ya hizo en Hamlet y El rey Lear, ha contado con Isaac Morera como «maestro de armas». «Rostand piensa siempre en los movimientos de esgrima cuando explica lo que pasa en la obra», afirma el especialista. Ahora es también uno más del reparto en el que Marta Betriu es Rosaura y Bernat Quintana da vida al apuesto Christian.

El montaje cierra la temporada de La Perla29 con el sueño de acercarse al enorme eco que alcanzó su espectáculo Incendis en el Romea. Tiene muchas cartas a favor para dar en el blanco. «En tiempos de crisis buscamos lo que hace vibrar todo el cuerpo y el alma. Algo que te hace reír mientras lloras», dice Broggi. O sea, Cyrano de Bergerac.