La cuenta atrás de los premios Oscar

'Chico y Rita', David contra Goliat

Mariscal y Trueba defienden su filme «sin complejos» en Hollywood

Desde la izquierda, Mariscal, Trueba y los otros candidatos al mejor filme de animación: Jennifer Nelson, Alain Gagnol y Jean-Loup Felicioli.

Desde la izquierda, Mariscal, Trueba y los otros candidatos al mejor filme de animación: Jennifer Nelson, Alain Gagnol y Jean-Loup Felicioli.

IDOYA NOAIN

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Anda estos días varado en la playa de Venice elSerene, el noveno yate más grande del mundo, un mastodonte de 300 millones de dólares y 134 metros de eslora, dos pistas para aterrizaje de helicópteros, siete cubiertas y hasta espacio para almacenar un submarino, propiedad de un magnate ruso de vodka, Yuri Scheffler. Y así, o de forma parecida, ve Javier Mariscal a tres de las cuatro películas que compiten conChico y Ritamañana por el Oscar en categoría de película de animación, tres superproducciones de Hollywood comoRango,Kung Fu Panda 2 yEl gato con botas, que se miden con la producción española («sin complejos pero artesanal y humilde en comparación», en palabras de Fernando Trueba, pese a su presupuesto de 10 millones de euros) y a la también modesta francesaUn gato en París.

TRANSATLÁNTICOS Y UN LLAÜT /«Son grandes transatlánticos y tú vas en unllaüt, en un botecito de remos. En el barco grande tienes muchas emociones, puedes ir a la piscina, ir al baile con el capitán, tratar de ver si te ligas a la chica del camarote 3.800. Pero en elllaüt tienes una experiencia emocional diferente, vas con el cable a a ver si pillas un pescadito, vas haciendo 'tut, tut, tut', coges las olas bien...»

Sentado ayer junto a Trueba y su hermano, Tono Errando, en la sede en Los Ángeles de Egeda, la Entidad de Gestion de Derechos de los Productores Audiovisuales, Javier Mariscal desataba su lengua, su imaginación y su humor y demostraba lo que se perderá la Academia de Hollywood si sigue el guión anticipado y da la estatuilla a lo que el enérgico sexagenario artista valenciano llama «la lagartija esa», o lo que los espectadores conocen comoRango.

No hay amargura, de cualquier forma, en sus palabras, ni en las de Trueba. El equipo, que ha viajado también con el productor Antonio Resines, disfruta del viaje a Los Ángeles («estaba en Barcelona sin dinero para un bocadillo y aquí estoy, en limusina», bromeaba Javier Mariscal). Y no les importa repetir el tópico y hablar del premio que supone ya el hecho de haber logrado la nominación, y en un año en que han quedado fuera superproducciones comoTintínde Steven Spielberg y Peter Jackson

Estar en ese quinteto de elegidos para ellos representa el reconocimiento a otro tipo de cine, que comoVals con BashiryPersépolisayuda a romper el vínculo mental entre animación y niños y a quitar etiquetas y dejar películas animadas como, simplemente películas. «Está bien que exista la categoría de animación pero hay que tener cuidado de no convertirla en gueto», decía Trueba.

Mariscal reconoce haber llegado a Hollywood «con prejuicios» y critica a «los tiburones que han creado un monopolio de distribución mundial e imponen sus películas». Pero también está tomando en Los Ángeles el pulso a la extrema «profesionalidad» de la industria estadoundiense. Y reconoce que la experiencia de lo lejos que ha llegado una película «planteada para verla en manga corta, para que entre por la piel», y que resistió a propuestas de recibir financiación a cambio de dar las voces a «nombres famosos», le da idea del sueño americano. «Igual vengo y me hago presidente», decía.

Si la presidencia está a su alcance, el Oscar más. Y habrá que estar pendiente de los sueños de Trueba. Hace 18 años, cuando aspiraba conBelle Epoque, soñó que ganaba y se lo dedicaba a Billy Wilder. Su mujer le hizo preparar el discurso. Horas después, ya saben, el nombre de Wilder se oyó.