CONTENIDA ACTUACIÓN TRIUNFAL EN EL TEATRE GREC

Otro concierto de Manel

Los cuatro barceloneses representaron al pie de la letra su lacónico papel de héroes por accidente ante un público predispuesto a vivir la gran noche de su vida

NANDO CRUZ
BARCELONA

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Si coges un profesor de historia del arte y lo pones a dar clase en un teatro lleno a rebosar, varios alumnos dirán: «Hombre, no es para tanto». Si convences a un mecánico de que repare tu moto filmado por ocho cámaras, la gente dirá: «Hombre, no es para tanto». Si alguien cogiese este mismo artículo, ampliase el cuerpo de letra y lo colgase en una valla publicitaria, los paseantes dirían: «Hombre, no es para tanto».

A Manel le está pasando exactamente esto. Sus composiciones tienen una estructura ósea que les impide crecer más (cosa que sí pueden hacer las de Mishima, por ejemplo). Su directo no es arrollador, su cantante tampoco es puro arrebato, sus ritmos no invitan a dar palmas y sus letras, sobre todo las del nuevo disco, proponen una relación más literaria que emocional. Y aun así, salen los cuatro al escenario del Teatre Grec, afinan los instrumentos, se ponen a tocar, acaban la primera cancioncilla y la gente reacciona con tal fervor que parece que alguien haya subido el volumen de los aplausos.

La desmedida excitación del público contrastó toda la noche con la lacónica actitud del grupo barcelonés. Pero no puede ser de otro modo. Cualquier exceso interpretativo iría en su contra; no solo afectaría al concierto sino también a las canciones. Y lo que hace Manel en esta gira es proteger la integridad de sus composiciones, vacunándolas contra el virus de la épica triunfalista, asumiendo el riesgo de ofrecer actuaciones tan poco vistosas.

La inusual pero justificada sección de vientos sí hinchó las velas del repertorio, aportando los minutos más vivificantes de una velada sobria. Pero, acorralado entre lo que el público espera del grupo y lo que sus canciones dan de sí, Manel escenifica hoy la inmensa diferencia que hay entre ver al grupo de tu vida y ver el concierto de tu vida.