Brad Anderson: "Lo interesante es coger las películas que nos gustan y reinventarlas de alguna manera"

Una de las cosas más atractivas del festival de Sitges es la posibilidad de dialogar de una forma distendida con los autores de las películas programadas. No sólo en la cafetería del Hotel Melià, sede del Auditori y punto de encuentro de los invitados, o sencillamente por las calles de Sitges. Las presentaciones a cargo de los responsables de las películas, las posteriores Q & A (veladas de preguntas y respuestas) y los numerosos encuentros, clases magistrales y mesas redondas que propone el festival --y están abiertos al público-- le dan vida y provocan una sensación general de “está pasando”. En un mismo día, el fiel y entregado público de Sitges puede hablar con figuras clave del pasado, el presente y el futuro del fantástico y el terror.

Tres nombres clave del fantástico

Esta misma mañana, tras un encuentro con el maestro Roger Corman, piedra angular del cine de género, el festival ha reunido en una misma mesa a tres directores interesantísimos, cada uno en un registro distinto, que hacen avanzar el fantástico y el terror con sus películas y se han hecho poco a poco con un generosísimo séquito de fans. Son James Wan, Jim Mickle y Brad Anderson, todos viejos amigos del festival (Sitges había proyectado ya algunas de sus anteriores películas, y sólo Wan acude por primera vez en persona) y presentes en esta edición con tres propuestas muy distintas pero igual de interesantes.

Precisamente a esta variedad ha hecho referencia Mickle, que ya estuvo en Sitges con su anterior Mulberry Street (2006) y conoció en el festival al productor de la cinta que trae consigo ahora:Stake Land (programada en la Secció Oficial Fantàstic Competició-Panorama, puede verse hoy, martes 12, a las 20.45 horas en el Retiro), una irresistible película de vampiros --con una premisa similar a la deLa carretera de Cormac McCarthy-- que remite por igual a los clásicos de John Carpenter y a los wésterns de Walter Hill (alargada es, por cierto, la sombra de la serieDeadwood). “Este año, durante la promoción de la película en festivales especializados, nos hemos dado cuenta de que en el cine fantástico y de terror las temáticas cada vez son más amplias, de que cada vez hay propuestas más distintas”, explica Mickle.

Subvertir los géneros

Y una de las razones de esa variedad es, sin duda, el deseo de estos autores de afrontar el cine de género con un profundo respeto hacia sus clásicos y maestros (antes que directores, nuestros hombres son grandes espectadores de terror y fantástico) y, al mismo tiempo, explorar nuevas vías, probar nuevos mecanismos para sorprender, inquietar o perturbar. “Evidentemente, uno está marcado por películas que le gustan y los directores a los que admira. Pero lo interesante es coger las películas que nos gustan y reinventarlas de alguna manera”, cuenta Anderson, que ya había presentado tres de sus anteriores trabajos en Sitges (Session 9, El maquinista yTransiberian, las dos últimas con producción española). Esta vez ha venido con la irregularVanishing on 7th Street (programada fuera de concurso, puede verse mañana miércoles, 13, a las 13.45 horas en el Retiro), unthrillersobrenatural que empieza como un capítulo deTwilight Zone, muda en una reflexión algo plomiza sobre la condición humana y, según Anderson, “tiene algo de aquellas películas de los 50 en las que la amenaza era la oscuridad”.

Wan, que se dio a conocer con la popularSaw(2004), también cree en la reinvención de los códigos del cine de género para hacerlo avanzar. Y precisamente a eso juega en la cinta que presenta este año en Sitges: el divertimento de fantasmas Insidious (también en la Secció Oficial Fantàstic Competició-Panorama, puede verse hoy, martes 12, a las 22.45 horas en el Retiro). “Para prepara la película me centré específicamente en los filmes de casas encantadas con la intención de subvertirlos. Quería hacer una película de fantasmas en la que no pasaran cosas que no entiendo de las películas de fantasmas, como que la gente no se vaya de la casa si saben que están en peligro. En realidad es lo que he hecho en todas mis películas.Saw, por ejemplo, es una película de asesino en serie contada desde el punto de vista de las víctimas”, explica Wan, que asegura sentirse tan agradecido como abrumado cuando alguien le recuerda que Jigsaw, el villano de la fundamentalSaw, es ya un icono del cine de terror. “Nunca pensé que se convertiría en un personaje icónico, no sólo del cine de terror, también de la cultura popular. Y que me lo digan es uno de los mayores cumplidos que pueden hacerme”, confiesa.