EL OTRO GRAN PROTAGONISTA DE LA JORNADA

Vincent Gallo, doble ego

Vincent Gallo.

Vincent Gallo.

N. S.
VENECIA

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Para empezar, un poco de contexto. Hasta el 2003, Vincent Gallo era conocido principalmente como magnífico intérprete de películas como El funeral (1996) y como director de la muy independiente Buffalo 66 (1998). Ese año presentó en Cannes su segunda película tras la cámara, The brown bunny, en la que mostraba gran sensibilidad y melancolía pero también signos inequívocos de narcisismo y delirio que desde entonces parecen habérsele acentuado. Es normal que su doblete este año en la competición de la Mostra haya generado tantas expectativas. Gallo no participó en su rueda de prensa de ayer ni participará en la de hoy. Otro que tal.

Su tercera película como director, Promises written in water es un capricho arty -16mm, blanco y negro- que sobre el papel retrata a un hombre y una mujer que charlan, se tocan, se besan y se gritan pero que en realidad habla solo de Vincent Gallo. Su nombre aparece hasta tres veces en los títulos de crédito, primero como montador, luego como músico, después como guionista, director y productor. Y buena parte de la película son solo una sucesión de planos de su rostro, mientras fuma, se levanta, se sienta o come una hamburguesa. Alguno dura casi 10 minutos. Más que para comprobar cuánto ha crecido su ego, verla no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo.

También Essential killing funciona como vehículo para el lucimiento de Gallo, pero es otra cosa. Que el maestro polaco Jerzy Skolimowski lo meta en la piel de un talibán no significa que pretenda reflexiones políticas, más allá de diferenciar el acto de matar por una causa y hacerlo para sobrevivir. Tan solo retrata la progresiva animalización de un hombre en fuga. A lo largo de esta película casi estupenda -dichosos flashbacks-, Gallo no pronuncia una sola palabra. Su expresión de terror y desesperación cuando es atacado por perros, disparado por un helicóptero o aplastado por un árbol, o cuando empieza a matar, lo dicen todo. El tipo no es solo un lunático, también un gran actor.