LIBROS

Sin miedo al infinito

El libro de la semana. En torno a la familia de un anarquista asesinado y de los navegantes del 'Inconvenience', que llegan a Chicago en la época de la Exposición Universal, a finales del siglo XIX, Thomas Pynchon multiplica miles de personajes y de tramas que eclosionan en una galaxia llamada 'Contraluz'. A través de 1.300 páginas, el escritor estadounidense apuesta por un mundo literario que tiene que ver con la ciencia y la filosofía en una propuesta

'Contraluz', la nueva novela de Thomas Pynchon, es un ciempiés con mil historias en su interior

Un zepelín, como el 'Inconvenience' de la novela de Pynchon, entrando en un hangar flotante.

Un zepelín, como el 'Inconvenience' de la novela de Pynchon, entrando en un hangar flotante.

SERGI Sánchez

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Esto no es una novela, es una galaxia. Las grandes novelas deberían ser galaxias, aun a riesgo de parecer dispersas e infinitas. Aspirar al infinito a través de la literatura, traducir la trayectoria de los puntos de luz cuando se fugan a una velocidad difícil de mesurar: eso es lo que quiere Thomas Pynchon (Nueva York, 1937) en su sexta novela, y eso es lo que quería en las cinco anteriores (¡qué delicia V, Vineland o Mason & Dixon!). Proponer una relectura de la novela clásica de aventuras –la que pone en el mismo nivel a Jonathan Swift y Julio Verne– y de la novela picaresca europea a la vez que apostar por crear un mundo literario que tiene tanto que ver con la ciencia como con la filosofía: por ahí anda Contraluz.

ESPATO ISLANDÉS / Y decimos que anda porque tiene vida propia, es un ciempiés con mil historias dentro, la de la familia de un anarquista asesinado y la de otra familia, los navegantes de la nave Inconvenience, que llegan a Chicago en la época de la Exposición Universal, allá por 1893, y la de más héroes con y sin nombre.Al final de Contraluz, Pynchon describe cómo el Inconvenience ha dejado de ser una nave para el «peregrinaje celeste» con el fin de convertirse en «su propio destino, un lugar donde cualquier deseo expresado es, al menos, escuchado, aunque no siempre atendido». Pynchon habla en realidad de su propia novela, o de su concepción del dispositivo literario, en el que importa no tanto el viaje narrativo como la idea de una obra fractal, que se mira en un espejo de barraca de feria. De ahí que el macguffin de Contraluz sea el espato de Islandia, un mineral transparente cuyas propiedades ópticas permiten que, a través suyo, puedan verse el hombre y su fantasma. La novela se transforma entonces en este mineral que multiplica fondos y figuras, llena de árboles que impiden ver el bosque. Porque el bosque apenas existe, hundido en la niebla de una verborrea que solo se refiere a sí misma, un lenguaje único, irrepetible, solo habitado por fantasmas.

A Contraluz le ocurre lo mismo que a La broma infinita, de Foster Wallace: el lector debe enfrentarse a su lectura con botas de montaña y pico de alpinista, porque su trabajo no va a ser leer, sino escalar. La magnitud de la empresa es disuasoria, porque las estrategias de Pynchon, escritor estructuralista donde los haya, incluyen tirar el mapa y la brújula, y atomizar el material narrativo de la novela para convertirla en un rizoma donde es imposible orientarse.

'BIG BANG' / El estilo es florido, casi como el de una parodia de un folletín decimonónico poblado por perros que leen a Henry James, revolucionarios mexicanos, explosiones de luz inmensas como el cielo y un miedo ancestral a que el capitalismo salvaje lo corrompa todo, descentre el mundo y provoque un big bang de proporciones cósmicas. El cosmos es su límite, lo tomas o lo dejas.

Es prácticamente imposible conectar con ninguno de entre los cientos de personajes de la novela, porque se escapan como arena entre los dedos. Y aun así, es una novela optimista, emotiva, que celebra antes que condena. Un personaje de Contraluz se pregunta: «¿Cómo poner freno a la imaginación?, que ahora ha crecido y se ha vuelto muy bella». Y Pynchon parece responderle: «Por qué, pues, ponerle freno?»

3 CONTRALUZ / A CONTRALLUM

Thomas Pynchon

Trad.: Vicente Campos / Iñaki Tofiño y David Cañadas. Tusquets / Amsterdam. 1.337 / 1.208 páginas. 32 €